Un espacio para compartir ideas, donde sólo la expresión es importante y en el que también se reconoce la obra de otros en Lontananza


Place

Una mente global se dio a la tarea de reunir a varios diseñadores esparcidos por el mundo, a quienes invitó a reflejar su entorno a través de trazos y colores; éstos recibieron una maleta que contenía: una libreta en blanco de dimensiones mayores a las comunes y una playera, también vacía; elementos de creación que devolvieron rellenos de arte y que expusieron en varios puntos del planeta.
Aquí pues, algunos ejemplos.









De trenes

Todos sentados recorren una estación interminable, concientes e indiferentes a su destino fatal. Corre el tren y pasan las horas y los días. Sin embargo en ti cabe una angustia que no te deja, que te impulsa a negar tu fin, a desafanarte de lo que te toca; y es eso, la angustia, la que te mueve a seguir, a cuidarte… pero es eso! (el miedo) lo que te lleva a hacer las cosas bien. Y ves como caen uno a uno de los que viajan contigo, ves que se rinden, que aceptan su trágico final, ¿cómo es posible?!! Tú te niegas, no quieres toparte con esa mirada que te penetrará y acabará con todo lo que eres. Pero es la desesperación, es el ansia, es el gran temor lo que te motiva a luchar por la vida. Y no son las ganas, no es la convicción de seguir aquí, no es la alegría de seguir viva. No, no!! Es sólo el miedo a enfrentarte con la muerte, es sólo la evasión de tu fatalidad. Todos se dan cuenta que luchas, que te aferras a este mundo, a este vagón, a este espacio que se va vaciando; se admiran, entonces por momentos te hacen sentir grande y segura. Pero qué de grande tiene seguir sin compañía, qué valor puede tener el egoísmo de ver por ti, sólo por ti, siempre por ti, mientras todo lo demás se acaba poco a poco. ¿Qué no te das cuenta que te vas quedando sola? Sólo con tu angustia, tu miedo, tu desesperación, tu ansia, tu temor; porque sólo es eso, no te mueve nada más.

***
Todas las noches llega por mí un tren que se atreve a rebuscar mis memorias, no sé quién lo maneja, pero me conoce tan bien, que si me topara con esa persona la amaría para toda la vida y hasta le tendría un poco de temor.
Y ya va por aquí, y da vuelta hacia allá, recorre aquel camino… Por los pequeños ventanales voy mirando cada escena de mi vida, cada imagen se ve tan real, tan al alcance, que temo sacar mi mano y modificar algo del pasado. A veces es difícil resistirse a esa tentación, hay muchos de esos paisajes que quisiera cambiar; sin embargo, así pasó, así es y aún vive en mí y todo ello lo llevo conmigo siempre, me da forma, provoca mi existencia.
Me entretiene ver jugar a mis personajes, toda esa gente que es parte de mi historia y que sólo por eso la hago mía, aquellos también que nunca quise conocer, esos con los que me hubiera gustado profundizar y los que nunca existieron, pero que yo he creado para sobre llevar la realidad absurda.
Ahora voy de regreso y lloro, suplico al tren que se demore, que haga paradas en cada estación (tal vez alguien desee abordarlo y reconquistar mi vida de nuevo). Sin embargo va tan veloz que todo se difumina; ya no visualizo claramente, sólo veo cuerpos amorfos que se distorsionan con el tiempo y el espacio… Y estoy aquí de nuevo, un poco perdida pero viva, sencilla, vulnerable, con todo el sentimiento que golpea por dentro y me sigue presionando el pecho para salir y escabullirse por ahí, para jugar con algún ser complaciente que se encuentre perdido.
Si la velocidad de este tren me permite vislumbrar el paisaje que se abre ante mi rostro, si logro esquivar el humo que esta locomotora despide y que intenta volver a mi alma con intenciones de nublarla, si logro que mis personajes (los intrusos) se abstengan de guiar mi historia y que la improvisación converja con mis más íntimos ideales y experiencias; entonces sabré mirar al cielo y dar gracias.

Ser de izquierda

En pocas palabras, ser de izquierda significa oponerse en todo momento a la injusticia, la explotación, la discriminación, la corrupción y el autoritarismo; luchar siempre por la protección del medio ambiente, por la unidad de los oprimidos y por el derecho universal a gozar la diversidad en todas sus manifestaciones. Para decirlo de otro modo, ser de izquierda implica vivir íntegramente resistiendo a toda hora y en todo lugar contra la devastación neoliberal y buscando simultáneamente alternativas a la dictadura económica del capitalismo.
Ser de izquierda es ser derecho.

Que no haya miedo

Hay que aprender a escuchar. Para escuchar realmente, hay que ser abierto. Para ser abierto, hay que descansar. Para descansar, que no haya miedo. Para que no haya miedo, hay que confiar en la vida. Para confiar en la vida, hay que entregarse al amor. Para entregarse al amor se necesita ser valiente. Pero sólo el heroe verdadero es suficientemente valiente para entregarse. Para los demás, es más fácil luchar.

A un lado la psicología. No hay complejos en el amor. Se trata siempre de simplificar. Hablar con palabras sencillas y francas. Amar de verdad. Amar a los amigos. Enamorarse cada día de los amigos. Amar lo que se come, lo que se dice, lo que se hace. Hacerse especialistas en el amor. hacer que haya más amor. Y ya.

Perú necesita sangre

Una delgada columna de sangre desciende desde una bolsa de polietileno hasta la vena mayor de mi mano. ¿Qué otro corazón la impulsaba antes, qué otro corazón más vigoroso y espléndido que el mío, lento y trémulo? Esta sangre que me reconforta es anónima. Puede ser de cualquiera. Yo voy (o iba) para ser misántropo y no quiero una deuda sospechada en todos los hombres. ¿Cuál es el nombre de mi dador? A ese solo y preciso hombre le debo agradecimiento. Sin embargo, la sangre que está entrando en mi cuerpo me corrige. Habla, sin retórica, de una fraternidad más vasta. dice que viene de parte de todos, que la reciba como un envío de la especie".
(J. Watanabe).

Navegando por los blogs, tuvimos la suerte de llegar hasta Perú (http://agendadepoesia.blogspot.com) y encontrarnos con este texto que nos permitimos colocar también en Lontananza, donde la tragedia en aquél país no nos es indiferente, el que pretende ser un medio para que cualquier tipo de apoyo hacia los peruanos logre llegar…muchos poquitos hacen un montón!

Ajenos vulnerables

México, país ubicado más o menos en el centro del continente americano, muy cerca de una voluminosa y poderosa concentración de güeros, pero también muy cerca de la historia maya de Guatemala, sin olvidar desde los salvadoreños hasta los argentinos, aunque así estemos acostumbrados...a olvidar, a creernos ajenos a las mutilaciones en oriente medio, a la enfermedad (literal y no) africana, a las largas y explotadoras jornadas laborales de China y, para no ir tan lejos, a los cientos de peruanos que murieron y siguen muriendo luego del terremoto de hace unos días.

Suponemos la tragedia como algo ajeno, algo ocurrido hace más de dos décadas; ya saben en 1985, o más para atrás, en el 71, en el 68, en 1910 y cien años antes...y es que no es suficiente con admirarnos y ver todo el noticiario, no son suficientes tres días de luto, ni mucho menos un avión cargado de providencias, siempre escasas ante la necesidad desesperada que se agota con el respiro. Y no lo es porque sólo abarca a unos cuantos, a esos que se saben parte del otro, parte de su temor, el que poco a poco también rebasa esta frontera.

Del viaje

... a esa edad no sabía aún lo que realmente quería, salvo, quizá, viajar. Así que viajé, mochila al hombro, algunas latas de comida, trenes infinitos y playas largas en las que dormir, o parques, o lo que fuera. Nunca se ha necesitado dinero para viajar, lo único imprescindible son las ganas y a mí me sobraban.

José Úzquiza Araúzo (fragmento)