Un espacio para compartir ideas, donde sólo la expresión es importante y en el que también se reconoce la obra de otros en Lontananza


Sueños inanimados

Somos una generación de muñecos rotos.
Rotos en los sueños, en la mente.
Vamos por el camino recogiendo
los pedazos inservibles de nuestra alma.
Damos tumbos
recorriendo un camino que no vemos.
La oscuridad se nos metió en la cabeza.
Incapaces de ver, pensar o expresar,
somos autómatas
adorando a falsos dioses,
inventando nuevas religiones,
construyéndonos alas de papel y de cera,
corriendo como locos,
creyendo que somos libres.
Pobre generación marchita:
dormida en el dulce sueño de la ignorancia.
Amamos con los ojos cerrados,
pensando con la mente infecta,
caminando siempre hacia atrás,
cayendo pero nunca levantándonos.
Perdidos en la soledad de nuestros cuerpos,
perdidos en la inmensidad de un pequeño dedal.
Pobre generación muerta
llorando la pérdida de lo que jamás será.
Muerta antes de nacer, muerta antes de tan siquiera ser imaginada
por unos dioses crueles y perversos
que se divierten, viendo como caen y no se levantan…
los pobres muñecos rotos.

Bietka

Razones de la marioneta sin hilos


a punto de que la princesa dormida abriera los ojos,
a punto de que el joven viajero encontrara la entrada al castillo
encantado
a punto de que hubiera una posibilidad de existencia para ese castillo
a punto de darle vida al maleficio, y por esta medida conjurarlo,
a punto de que hubiera una capa, una espada y una posibilidad de principado…
a punto solamente,
a punto de algo

José Carlos Becerra



Habito en este nido invisible bajo la nube, desde aquí miro la ciudad, desde aquí contemplo los propósitos de año nuevo que la gente no cumplirá ni tres días, los abrazos, los festejos, las caras felices, los adornos, las envolturas de regalo en los camiones de basura, el dinero derrochado en ánimos de fe fraternal. La ciudad huele a pinos con esferas y a cartas a los reyes magos, los niños cuentan los días para despertar entre juguetes no pedidos o con el asombro y la tristeza por el vacío de aquellos jefes que no tuvieron lana para comprar una bicicleta. No soy dios, no estoy bajo la nube como ente superior o alter ego de un análisis antropológico de la navidad y el año nuevo. No. Me dejaron ahí, esperando una ruta que se calibró en tres meses de sueños, de un delirio fascinante por un beso y un olvido, por una entrepierna rubia y una promesa de 85 años, por un pacto con el abismo sin paracaídas, por una frase acuñada en un árbol cibernético: la mirada verde no es sin ti… Estoy en pausa. Congelado. Detenido. Una marioneta sin hilos, sin esperanza de una mano que levante los maderos en cruz para volver a mover los brazos y las piernas, de menos el chasis de mi cabeza, porque en el interior, en mi cerebro, en ambos hemisferios sólo habita una mujer, mis ojos son la extensión de su mar, de su sonrisa más franca, mi nariz es un tinaco con agua de colonia Mónica número 5 ó 6 ó 7 u 8 o tantos aromas exquisitos que besé en intensas noches de automóvil varado en cualquier banqueta, al menor pretexto, al instante del deseo o de la codicia por su cuello o por besar sus manos. Esa mano árbitro, nos gritaron una vez desde la ventana de una casa de estudiantes, no nos importaba, el frenesí de sorber el tiempo en el cuerpo del otro podía más que las miradas ajenas y no tanto. Estoy piedra o madera, da igual, soy un Pinocho sin el Ada de los cuentos, sin Gepeto, sin Pepe Grillo que se fue a la cantina para derrochar los pocos arrebatos de sobriedad que le quedan, se enamoró junto conmigo, fue inevitable que mi conciencia quedara al margen de la vivencia sísmica de esa mujer que era, es, muchas mujeres como dice el poema de Gelman. Contemplo el vacío con ojos gachos, a veces su rostro se multiplica como calidoscopio. Brilla. Su rostro brilla. No ha perdido el fulgor. Rubia, pelirroja, lacia, ensortijada, de trenza, de coleta, con el cabello suelto da igual, es la multiplicación del caos que me revienta en las entrañas por su desaparición digna de un mago extraordinario, sin humo, sin fuegos artificiales desapareció, se dio a la fuga. No dejó cartas explicatorias ni mapas para buscarla ni rastro de su paso por mi vida. Se llevó el viento y el agua, se llevó la vaca y el gato, enderezó mis lentes chuecos para que yo mirara bien y partió. No se lo dijo a nadie, no se lo confesó a ninguno, ahora se transfiguró en silencio. Estoy tiritando, no hace frío y estoy tiritando, tengo miedo, me da horror el otro paso: el olvido. Quiero resistir. Bañarme mientras regresa, cepillarme los dientes, cortarme las uñas de los pies, rasurarme la barba y el bigote, hacer ejercicio, comerme un elefante, leer completa La comedia humana de Balzac, escribir una novela de quinientas páginas, construir una cajita musical, mezclar cemento, remojar adobes, fumar marihuana, cazar mariposas, pescar ilusiones, beber leche con donas, hojear el periódico, componer canciones, contar hormigas, escupirle desde arriba a los coches, bailar un danzón, olisquear calzones de mujeres ajenas, doblar muñequitos de origami, escuchar a Brahms, cargarle las bolsas a las señoras en el mercado, correr hasta quedar exhausto, llorar toda una noche, fundir focos subiendo y bajando el interruptor, mezclar agua y aceite, mediar la paz en medio oriente, cruzar el umbral del tedio, del fastidio y de la profunda tristeza, tender la cama y cultivar flores en un jardín. No puedo. No soy fuerte. Soy un cobarde que deglute ansiolíticos de a dos por día, que se quedó pasmado por su decisión confusa de buscarme y no, de quererme y no, de amarme y no, de también llorarme y no, de también sufrirme y no, de extrañarme y no, de querer llamarme por teléfono y no, de buscarme y no, de besarme y no, de querer mi mano y no, de querer explicarme y no. Ni ella lo sabe, ni ella misma está segura. Ni ella ni yo ni nadie. Estoy bajo la nube. Miro la ciudad y se apagan las luces, miro el celular y no hay llamadas ni mensajes, miro ese bar donde comenzó el idilio y ya está a punto de cerrar sus puertas definitivamente, miro mi casa y a mi exmujer y a mi hijo que se ponen la pijama para dormir, miro a mis amigos en su cotidianidad amorosa de pareja, miro un departamento azul vacío con una cama abandonada, miro a la terapeuta y al psiquiatra que me esperan con la nueva receta y la nueva moraleja, miro el encendedor rojo que me regaló la última vez que salimos, enciendo la cuarta cajetilla del día, miro un auto negro que se aleja, miro a Mónica que va conduciendo en dirección contraria a la nube, lleva en el asiento trasero una marioneta que sí tiene hilos y que yo le regalé para que la cuidara. Ella acelera, la luz roja de los faros traseros se pierde en la lejanía… Aún así, tengo razones para esperarla, aunque su regreso sea como una sombra.


Antonio Monter Rodríguez

Hoy, un día violentado

Es curiosa la manera en la que todos o, por lo menos, todos los medios han felicitado a las mujeres que YA no se dejan violentar. Claro que no es casualidad que precisamente hoy recuerden que existe sufrimiento en este género (sin subestimar el sufrimiento masculino); para ello se tomaron la molestia de asignar un día del año: 25 de noviembre, al que decidieron otorgar el “orgullosisímo” título de día internacional de la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Con algo estoy completamente de acuerdo: la violencia entre géneros sólo se eliminará cuando en nuestra formación y condición humana exista el valor del amor propio; no se confunda con el ego o la soberbia, sino con los límites de cada mujer para defender racionalmente esa postura que juega ante el mundo, pero no ante un mundo hostil y agresivo que se manifiesta en las más sorprendentes formas.

No se pretende elevar un género por encima de otro ni ubicarlos en el mismo sitio, eso no es posible por el simple hecho de que la naturaleza pensó hasta en esas diferencias que serían fundamentales para lograr lo que no se ha logrado: la complementación.

Sin embargo, no se pueden cerrar lo ojos ante los cambios positivos que ha tenido la sociedad mexicana. A diferencia de hace no muchos años, ahora son más los jóvenes que apoyan la igualdad respetando siempre las diferencias, también son más las mujeres que han decidido responsabilizarse de su propio cuerpo, no sólo aplicándose anticonceptivos sino cuidando su ser como tal, borrando poco a poco la idea de que sólo son una fabrica de nuevas vidas que en otro tiempo, quizá, educarían de la misma ignorante forma en la que las educaron a ellas.

Estas acciones son las que tienen real importancia y trascendencia y que superan a la formación de organizaciones que utilizan términos igualmente lamentables como grupos vulnerables o sexo débil. Sólo la institución que ofrezca apoyo en el más amplio sentido de la palabra se puede considerar benéfica socialmente.

Pero, precisamente hoy, es importante mencionar que la violencia en el mundo es impresionante y, en nuestro país, Ciudad Juárez no tiene la exclusiva en este ámbito que más que crisis social parece representar lucha de poderes y ausencia de valores fundamentales, no religiosos sino simplemente humanos.

Sólo por si alguien se atreviera a dudar que este texto tiene fundamentos más que tangibles, recordemos que a nivel nacional 36.7 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, 20 de cada cien asesinatos ocurren dentro del ámbito familiar, 10 de ellos son de maridos que han asesinado a sus esposas y el 84 por ciento de las victimas considera que la violencia es algo natural y un asunto privado que sólo compete a la pareja.

Infinitos cifras que, quizá, se traduzcan sólo en caras de sorpresa o en el peor de los casos, de indiferencia nos colocan vagamente en contexto para decidir si hoy es un día digno de festejo o deberemos esperar a que no disminuyan las muertes, sino que un país sin violencia en amplio sentido no sea sólo una idea utópica.

Fuente: CIMAC —Comunicación e Información de la Mujer, A.C.—

Fragmentación dolorosa II


ARIDEZ

El hueco que tengo en el estómago me duele
y las lágrimas se atropellan en mis ojos para salir;
resulta imposible controlar las manifestaciones
propias de un dolor que dejé de sentir hace tiempo.
La soledad y el abandono ya no lastiman,
se han vuelto tan comunes que son imprescindibles.
Ya no me queda ni siquiera el gusto de la destrucción
pues me resulta patético envolverme en el cliché
del vampiro, misántropo, decadente y filosófico.
Las alucinaciones etílicas nunca fueron cura suficiente
y ahora ni siquiera son un paliativo necesario,
cuando sólo soy un paraje desértico,
una hoja en blanco.
No busco, no intento;
estoy repleto de algo contrario al deseo,
el tiempo se me escurre,
la vida se me escapa,
el mundo se me esconde,
y nada me deja huella visible.
Soy aparentemente normal: inofensivo y enajenado.


***

ASCETA

Sigo aquí, esperando un poco de inspiración
mientras el sufrimiento se apodera de mí;
ese dolor del cual eras la cura
y del que hoy formas parte,
se ha agrandado de manera insoportable.
Antes eras medicina que sanaba mis psicosis,
ahora me mantienes rispo;
estás en la catástasis de mi dolor,
sólo resta esperar la distensión del sufrimiento
en una caída grotesca y definitiva.
No sé por qué vivo obnubilado,
inconstante siempre que intento sentir;
dando tumbos en los caminos seguros y
alejándome a toda costa de lo entrañable.
Me arrojo siempre al abandono,
al encierro lacerante de mi mente,
donde la desesperación se apodera de mí
y me hace extrañar lo que acabo de dejar.
Vivo con la expectación de lo que vendrá
después de que he soltado lo que asía,
mas sé que cuando tenga algo nuevo en mi vida
otra vez lo dejaré ir generando mi sufrir.
Nada de lo que me pasa es ajeno,
esto ya lo he vivido varias veces;
la diferencia estriba en que cada vez parece la última,
y al no serlo duele siempre un poco más. Ya pasará.


Morgoth

VNV Nation


VNV Nation, una de las mejores bandas en Europa dentro de la escena electrónica, consolida su permanencia y refresca los escenarios del género con su más reciente album Judgement.

El dueto inglés, integrado por Ronan Harris (voz y composición) y Mark Jackson (teclados y batería), ha logrado explotar la tecnología para convinar música bailable y sensibilidad en sus letras.

VNV Nation es un grupo que llena el escenario de energía, lo que garantiza su espectáculo e invita a integralos a tu colección.

Escucha un poco de ellos pulsando aquí:
Caín

Dieciséis años sin la reina

Él podía andar como un alumno más del Earling Collage of Art y sin un centavo en la bolsa, pero desde entonces resaltaba su forma llamativa y extravagante de vestir que, unos años más adelante, le daría una presencia singularísima en el escenario. Como simple admirador del grupo Smile, conformado por May Brian y Roger Taylor (guitarrista y baterista de Queen, respectivamente), fue quien reanimó a estos muchachos para no claudicar con el proyecto de su banda. Unos le llamamos Dios, otros destino, pero, como le quieran decir o a quien le quieran echar la culpa, hubo algo que puso a Mercury en ese lugar, en ese espacio, con esos personajes y en el tiempo donde roqueros como Jimi Hendrix podían influenciarlo muy de cerca.

Son muchas las aportaciones que Mercury hizo a la agrupación a la que perteneció y en la cual logró desarrollarse como un verdadero artista y “show man”, no por nada su declaración, que, aunque petulante, todos sabían, era cierta: “Nunca me he considerado el líder de Queen, la persona más importante, quizá”. Podemos empezar por adjudicarle el nombre de su banda; él sabía que el grupo necesitaba un nombre elegante y universal, simple pero con presencia, y claro, bajita la mano, también llevaba implícita una connotación gay, pero esa era sólo una de las miles de interpretaciones que se le podía dar a la palabra “Queen”. Dicho nombre, después de causar risas y desconcierto entre los demás integrantes, al final fue elegido de común acuerdo y utilizado por primera vez el 27 de junio de 1970 para un concierto de beneficencia en el Imperial Collage.

Frederick o Faroukh Bulsara, nacido el 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar, fue sin dudarlo, un genio musical; era totalmente propositvo y jamás le dio miedo experimentar; cuando entraba a un estudio, se adueñaba de él y explotaba sus recursos hasta el límite. Hay muchos ejemplos para demostrar las virtudes de Mercury como músico; Liar, Killer Queen, Bicycle Race, Don’t stop me now y la última rola que escribió, These are the days for our lives, son sólo una probadilla de su extenso trabajo como autor e intérprete.

Su obra maestra fue la incluida en el disco A night at the Opera, “Bohemian Rhapsody”, este sencillo, trabajado sólo con los cuatro integrantes del grupo y el productr Roy Thomas Baker, tiene 182 voces superpuestas y, entre la sección operística, la de rock, las mezclas de los instrumentos y los fragmentos vocales que de un momento a otro se le ocurrían a Freddie, la rola de seis minutos fue terminada en un lapso de tres semanas. Además, no sólo es el virtuosismo en la música, sino que, por toda la imaginería que tiene en su contenido, se puede pensar que es la confesión de un asesinato, la declaración de arrepentimiento que Mercury le hace a su madre o simplemente la rudeza de las relaciones humanas; al final, el autor de esta obra, lanzada el 31 de octubre de 1975, decìa al respecto: “creo que la gente debería limitarse a escucharla, a pensar en ella y a sacar sus propias conclusiones sobre lo que el tema dice a cada quien”.

Lo que Freddie hizo, todo lo que construyó, cada una de sus creaciones, eso, todo eso, puede quedar guardado para siempre en la historia de la música y ser admirado por cada uno de los que hemos tenido la oportunidad de conocer su trabajo. Sin embargo, él no fue inmortal, el 24 de noviembre de 1991 falleció a causa de una bronconeumonía desarrollada por el SIDA, justo un día después de que hizo pública su situación de salud, sosteniendo ante los espectadores de una cadena televisiva que era portador de VIH. El mundo se estremeció, fue difícil afrontar la pérdida del líder de una banda tan importante, los mismos integrantes sabían que en ese momento, sin Freddie, Queen también dejaría de existir. Unos meses después, en abril de 1992, se celebró un concierto en su memoria y en beneficencia para el combate contra el SIDA, en el estadio de Wembley de Londres.

¿Hay que justificar este texto sobre La reina? Tal vez no hace falta; la grandeza, el virtuosismo, su arte, su vida, su canto… todo lo que implica nombrar a Faroukh Bulsara, siempre y en cualquier circunstancia será bien recibido. Pero qué bien hacerle una remembranza en este mes que cumple 16 años de estar lejos, 16 años de que el mundo ruede sin su presencia, más de una década y media de recordar a Freddie Mercury… Dios salve a la Reina.


“Siempre me he considerado una estrella y ahora parece que el resto del mundo está de acuerdo conmigo.”

Fragmentación dolorosa...Morgoth

ESQUIZOIDE


Si sigo aquí acabaré volviéndome loco;
Cada rincón, cada fragmento de esto
Se halla plagado de inquietante muerte.
Tal vez sean las hormigas
Que cubren mi cama y mi cuerpo,
Las arañas del techo
Que caen a mis brazos mientras estoy dormido;
Probablemente sean los moscos invisibles
Que vienen a beberse mi vida noche a noche,
O las lagartijas que se pasean por mis pies
Y suben por las paredes manchadas de sangre.
Todo consume mi existencia
En este encierro ruidoso y sofocante;
Y el recuerdo de lo que fui alguna vez ya no ayuda,
Daña más, parece tan lejano que prefiero olvidar.
Me abandono a esta realidad que me anula,
Empiezo a formar parte de ella;
El sufrimiento se torna constante
Y me acostumbro a sentirlo, juego con él,
Lo manipuló, lo transformo,
Unas veces en un zumbido constante
Que me revienta los tímpanos;
Otras, en sensaciones punzantes
Que atraviesan mi cuerpo y pican,
Tanto que me arranco la piel con mis larga uñas.
La masa sanguinolenta en que me he convertido
Me alimenta y mantiene vivo...
¿Por cuánto tiempo más?


***


SEXO

Las palabras se escapan, se funden con la firme intención de estructurar frases que palien el dolor causado por la cercanía de los cuerpos.
El mundo que ambos crean aparece como un intento de extracción absoluta del cosmos.
Las mentiras se confunden una y otra vez con el movimiento de las olas que se elevan hasta el infinito; como lenguas monstruosas que los envuelven y exprimen hasta que llega la calma del éxtasis.
El “fin” es el único objetivo que acaba con la falacia del acto mismo.
La exsuda, la exhala, la exhuma; la convierte en humo de tabaco que llega hasta el techo en segundos para expandirse, desaparecer y volver a comenzar.



Morgoth

Playa...paraíso

Este lente viajero no requirió de arena ni mar para traer a lontananza el paraíso de la playa...







Playa Paraíso, Guerrero.
Pilar Rincón

Acabo de descubrirlo

Creo que muchos pasamos nuestra vida pensando… diciendo… esperando… pero si hay algo que hacemos prácticamente en todo momento, es oír.
Sonidos provenientes de todos lados llegan a nuestros oídos, algunos los procesamos, otros no. Quizá el sonido que más impacto causa es el de las palabras.

Sí señor: las palabras… ¿Qué por qué? Escuche/leí en algún lado que las palabras son lo más fuerte que existe en este universo, pues una vez dichas no hay poder que logre eliminarlas. Así que, cuando las palabras salen, es imposible no poder ver/sentir/presenciar… sufrir… el impacto que causa su pronunciación.

Y ahora, la tecnología le permite a las palabras manifestarse en textos enviados por ondas magnéticas: Un nuevo poder.

En su venir y devenir he visto miles de palabras, miles de frases; todas con un poder diferente, pero incorruptible. Y después de tanto tiempo, puedo decir que acabo de descubrir cuál es la frase más mortal de todas: aquella que podría destruir la psique de un hombre.

¿Y cuál es esta frase? Estimado lector, si su intención es utilizarla como arma para derrotar a sus enemigos, no siga leyendo: el mundo ya está lleno de seres despreciables y no necesitamos uno más. Si quiere leerla para protegerse de ella, olvídelo: nunca estará preparado para ella, y cuando le llegue, sólo le deseo que tenga la fuerza para aguantar. ¿Listos? Bueno, esa frase es……………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………‘NO QUIERO ENTENDER’.

Adelante, prepárense, créanse listos para lidiar lo que su cabeza y su corazón sentirán al escucharla. Porque, les aseguro, lo que sentirán es algo mucho peor que morir.

Y después de esta advertencia, damas y caballeros, procedo a retirarme… Mientras veo cómo la oscuridad se apodera de la poca felicidad que aún había en este cuerpo vivo… ¿o muerto? Ya ven que dicen que uno está tan vivo como quiere estar…



Oscar Luján

Mi frente fría

El zarape que me cubre todos los inviernos, este año lo tuve que sacar antes. La luna, hermosa luna de otoño, esta vez se inhibió ante las nubes que durante todo este tiempo han cubierto el cielo; de repente se asoma acompañada de otros astros y yo la miro fijamente, como si fuese la última vez que sucederá, tal vez.

Dos fracciones de mi país, divididas políticamente, ya no sólo tienen un gran río, ahora también tienen un lago ¿sobre?, ¿entre?, ¿dentro?, ¿en? (¿qué preposición queda?) sus casas y lugares de labor, tierras de cultivo. Mi zarape, entonces, queda en segundo plano cuando alguien tuvo que sacar su lanchita sin ser temporada de pesca: no fue a coger peces, fue a salvar humanos.

La ONU dice que se pudo evitar, ¿y qué con eso?, ¿cómo debemos tomar esa conclusión?, ¿como una burla?, ¿un regaño?, ¿una llamada de atención? O como envidia de parte de algunos por la gran diversidad natural que México posee, y que pretenden que aunque sea por desastres como estos nos sintamos mal por haber nacido aquí, por ser tabasqueños o chiapanecos.

Esta noche en el noticiario, alguien pidió oración, alguien pidió comida para sus hijos, alguien pedía una dirección, una orientación para saber a dónde dirigirse después de haber perdido todo, el presidente pidió calma y apoyo… este año el Teleton deberá esperar.

Tú muerto

Se forzó la rapidez del sonido y el tiempo mientras, sentada, esperaba tocarte consciente de mi condición inútil ante el más grande dolor de nuestra vida, de tu muerte.

Se trabaron las palabras: las tuyas, paralizadas con tu ser, frustraron las mías y me ahogaron y hasta ahora se permiten yacer aquí para exponer sólo un poco del infinito sentimiento que heredaste a mi esencia ya triste.


Reprochaste tus minutos regalados a la serenidad terrenal y a la labor médica; después, triunfante expandiste la Tierra, mutaste maravillosamente.

Y mi tiempo quedó hecho dos y decidí no mirarte sino vivirte, caminarte, reconstruirte muy a pesar de lo ambiguo de mis actos y de la base destruida sobre la que caminé cuando no hubo más razón para permanecer en, ese, tu último sitio.

Así, me fui sola para estar contigo y justo ahí te convertiste en poesía; ahora, estoy lista.