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Una noche jamaicana

Domingo, 5 de la tarde en el metro Cuauthémoc, a lo lejos veo a mis amigos y salimos de los andenes; al paso por la avenida Cuauthémoc vemos a unos skins que nos rebasan y sonríen ligeramente porque saben a dónde nos dirigimos; a lo lejos ya vemos la larga fila para entrar a aquel mítico lugar: el Multiforo Alicia.

Rudeboys de traje negro, lentes oscuros y sombrero que asemejan a gangsters de película, y Skinheads de botas obreras, camisas cuadriculadas, tirantes y cabeza rapada es el público que platica y se saluda entre sí mientras espera impacientemente que se abran las puertas del Alicia para poder bailar algo de la vieja música de Jamaica; personas comunes y corrientes pasan a través de nosotros y miran extrañadas aquellos looks tan extravagantes, algunos prefieren bajarse de la banqueta para evitar pasar entre la exótica multitud.

Después de casi una hora de espera, la fila comienza a avanzar. Subimos unas escaleras estrechas y observo por un instante los graffitis de la pared, al llegar a la parte superior se escuchan los acordes de una vieja canción; el Tritón Sound System mezcla algo de Reggae, Ska, Rocksteady, Skinhead Reggae, incluso algo de Soul y R&B que trae en esos añejos acetatos, mientras los Rudos bailan de manera tranquila y medio elegante y los Skins lo hacen de forma más dura, pero sin perder el buen gusto; no existe el slam en este lugar, todos bailan con su pareja sin tocarse, algunos hacen círculos para moverse tranquilamente, incluso unos bailan solos al ritmo de aquella música de los años 50 y 60.

Después de una hora de escuchar canciones clásicas de músicos legendarios como Laurel Aitken, Desmond Dekker, Prince Búster, Skatalites y Clarcy Eccles se suben los músicos de la primera banda: Los 4 Vientos; tras afinar sus instrumentos por unos 15 minutos comienzan a tocar algo que ellos denominan como Sentimental Rocksteady, todos los presentes siguen bailando mientras no dejan de cantar, en ese momento unas Skingirls se paran a un costado de nosotros y voltean a sonreírnos como pidiendo permiso para postrarse en aquel lugar, sin decir nada seguimos bailando.

Todo pasa tan rápido y terminan Los 4 Vientos, Tritón sigue con el Ska de Jamaica en las tornamesas, una de las Skingirls me dice que tocan muy chido Los 4 Vientos, simplemente sonrío y le digo que sí con la cabeza, comenzamos a bailar una canción llamada The Israelites, después de varias canciones le invito una cerveza, me apresuro a llegar a la barra para comprar un par de Victorias frías que tanta falta hacen, llego con ella y sigue bailando a ritmo del Skinhead Reggae, en ese momento la segunda banda comienza a subir al escenario: Brixton Sounds.

La Brixton empieza con una canción clásica con la que al primer acorde todos gritan: Quizás, Quizás, Quizás. Alrededor de una hora de fabulosas interpretaciones de la Brixton es suficiente para que el lugar se convierta en un sauna, algunos Rudeboys se quitan los Sacos y dejan ver su camisa blanca, su delgada corbata negra y los ya clásicos tirantes. Tras gritos y aplausos termina Brixton Sounds, el público sencillamente está extasiado por esas canciones de buen ska tradicional, le comento a la chica skin que nunca había visto a esta banda de Oaxaca y compartimos la experiencia, platicamos de las canciones que interpretaron, ya sin bailar. El cansancio y el calor provocan estragos.

Mis amigos y yo vamos por otras cervezas para apaciguar el calor y la sed, de nuevo le entrego una a ella y me sonríe, seguimos platicando por unos minutos más en lo que la banda que cierra el evento se prepara ya: Jamaica 69. Todos los presentes están atentos del inicio de esta banda de Matehuala que ya creíamos extinta. Por fin inicia y la euforia regresa, por un momento todos cantan sin bailar siquiera, pero poco a poco comienzan a moverse sin dejar de cantar un solo tema, pasan canciones como Rudegirl, Kingston Caribe, Sexy Reggae y Se Acabó el Amor; la emoción de todos se nota al verlos bailar sin importar la temperatura del Alicia. Finalmente se despide Jamaica 69 no sin antes prometer su regreso próximo, mis amigos, las skingirls y yo nos enfilamos para salir del lugar, todos totalmente felices y aún con la euforia de aquel concierto que pocas veces se repetirá.

Bajamos las escaleras y nos entregan unas propagandas de otros conciertos de ska y de otros géneros, algunos Skins y Rudies intercambian fanzines, otros ofrecen discos que venden o cambian, algunos CD’s originales y piratas e incluso algunos acetatos de colección; nosotros seguimos caminando por la fría calle y platicamos sobre las bandas, nos perdemos cada uno en la calle, en la urbe, la urbe que no sabe que existimos.

Oktavio Rudeboy

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