En el momento (afortunado y repetible) en que la vida nos agarra solos, nos enfrenta con nosotros mismos y provoca que nuestra alma se desborde, se flagele y cambie, llevándonos a una catarsis… no tenemos más que hacer, sólo afrontarlo y superarlo. Cuando pasa, se diluye; ya no es necesario decir bastante:
Mil cosas hay en su cabeza
Entre ellas
Yo no estoy
Que este dolor
Nunca se olvide
Pa’ que no vuelva más
Una gran puerta cerrada
En la necesidad
Se abrió
Mil cosas hay en su cabeza
Entre ellas
Yo no estoy
Que este dolor
Nunca se olvide
Pa’ que no vuelva más
Una gran puerta cerrada
En la necesidad
Se abrió
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