Descender no fue peligroso esta vez, ni el trayecto tan largo como para correr hacia la tenue luz de los autos que sobre nosotros pasaban.
No importó que el incienso se apagara derrotado ante el olor humano impregnado en el asfalto.
No importó que el incienso se apagara derrotado ante el olor humano impregnado en el asfalto.
El recibimiento -a cargo de velas colocadas a falta de otra luz- fue natural, un poco disperso, pegándole a lo indiferente.
La razón: ultimar detalles para que la imagen se prendiera de la estructura desgastada de aquel desnivel peatonal. Crear, por fin, un lugar para el Fragor subterráneo.
Y se impuso el estruendo. El arte continuó escapando de las válvulas de algún spray y formando letras, personajes, frases, graffiti.
La fotografía continuaba mostrando ideas alternas, noches de tomas, sombras atendidas por un lente.
Y las brochas en óleo también se colaron en este espacio literalmente underground; en este punto de fuga para los creadores que refugiaron sus trazos y su música en una fracción de noche, invitándonos así:
“Permitámonos bajar, ir al fondo, hasta donde la imaginación y los sueños dan origen al soplo que da esperanza”.
(Fragor subterráneo, Calz. de Tlalpan, Octubre 2007)
4 comentarios:
Hay quienes te agradeceràn por haber estado, otros (los màs) por compartirlo.
pues yo estuve allí (sper)
Pese a la extrañeza que provocaba al ingresar en la noche a este espacio normalmente secuestrado por la indigencia, la inoperabilidad y el abandono, la luz adecuada, algunas obras y el aderezo musical volvieron muy agradable la estancia en este lugar clandestino, Chevere!
MUY BUENAS FOTOS, ME ENCANTA EL STREET ART Y LA INTERVENCIÓN URBANA, ADEMÁS GRACIAS A LAS LONTANANZAS POR PUBLICAR MIS CUENTITOS, SIGAN CON ESTA PÁGINA QUE ESTO ES LO QUE VALE LA PENA...
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