Un espacio para compartir ideas, donde sólo la expresión es importante y en el que también se reconoce la obra de otros en Lontananza


Aquí todas las frases


Solitaria, subvalorada, enigmáticamente hermosa, portadora de la perfección que vuela gracias a su ligereza y pequeñez, llegó esta MANTIS RELIGIOSA a instalarse en Lontananza y, desde ahora, será quien represente a este grupo de alejados que se empeñan en manifestarse a través de la creación.

El responsable: otro aferrado al arte llamado Betteo, quien a pesar de su larga lista de trazos pendientes, no olvidó esta promesa y decidió dejar su pulso también en la distancia…gracias por la espera.

Sin rima y métrica

Segunda oportunidad

Quería otra vez intentarlo, tenía entonces muchos ánimos, esperanzas;
no quería con las ganas quedarme y hubiera hecho lo que fuera,
si era necesario, disculparme por algo que no hice.
Pero después de un breve lapso,
cuando distinguí el centelleo en tu vanidosa mirada,
sólo con bruscos recuerdos me estrellé:
el inclemente río que fluye.
Vagas conversaciones:
el indolente aire que susurra y mueve algunas hojas.
Lazos afectuosos que como el aislado eco de campanadas lejanas tañe.
En fin, pretensiones de revolver el tiempo,
despostillados deseos para dejar de clamar en vano,
para ir al encuentro de una nueva oportunidad,
otra pérdida de tiempo.
Nunca me diste una segunda oportunidad.

La resbaladilla y el columpio

Estoy decepcionado de ver cómo todo el galanteo,
cortesías y generosidades que le di a una mujer
se desperdician por décima vez ante un hombre que actúa
de manera más fácil, práctica, sin ramo de rosas carmesí;
de cómo todas mis tentativas acaban en nada;
de cómo mi suerte por la soledad está malograda;
de cómo en cierta época de la infancia en una vida
amorosa pensé: capullos adolescentes sobre grises sembradíos,
desperdicio de mi juventud, postración que me dobla
las manos haciéndome recordar que más lejos de lo que yo creía
pueden estar la resbaladilla y el columpio en los que jugué y reí.


Adrián Schleske

Qué bonito, ¿no?... o del peatón en Tuxtla

Frena, acelera, frena, acelera, acelera, ¡¡freeena!! y mientras esto sucede, el tubo que hay como respaldo se encaja en la espalda a cada contracción. Ahí va la combi tuxtleca pite y pite en todas las paradas, el chofer estirando la mano hacia cualquier cristiano que puede resultar un pasajero en potencia, no importando que atrás ya hasta nos reconozcamos nuestras tersas y sudadas pieles de lo amontonados que vamos; ya sin pena ni vergüenza el vecino casi se sube en mis piernas pa’ poder abrirle espacio al nuevo acompañante… ¿Le pasa uno por favor? Si tienes ganas de ir socializando en el transporte público la opción es sentarte en el asiento que da la espalda al conductor, así te tocará ir pasando los pasajes de todas las personas que aborden, esto al menos implica una mirada o un diálogo corto y hasta el roce de manos en la ida y vuelta de monedas, qué bonito, ¿no? de no ser por la tortícolis con que terminas de estar voltee y voltee para dar la respectiva paga al chofer.

El peatón sabe lo vulnerable que es ante la cantidad de vehículos motorizados que recorren la capital chiapaneca, chicos, grandes, rápidos, con o sin conductor responsable o al menos capacitado; por eso cada que pretende atravesar una avenida lo hace desde una esquina y espera pacientemente a que el monito verde se encienda y le dé el paso: primero avanzan los vehículos que van de oriente a poniente, luego los de poniente a oriente, ahora siguen los que van de norte a sur yyy los que darán vuelta de norte a oriente, enseguida los que van de sur a norte…… ahora los que van de oriente a poniente??? ¡¡pero a estos ya les tocó y tú no has podido pasar!! qué diantres, volteas a ver el semáforo y sólo alcanzas a escuchar cómo te habla con una voz amenazadora: “jamás pasarás”… no hay más que armarse de valor para torear a los automovilistas que rara vez le cederán el paso a un peatón, lo sabes de antemano, y que todavía te miran feo si tuvieron que disminuir su velocidad nada más de pensar cómo se abollaría su auto si te atropellara.

Eso sí, la lógica de las calles y avenidas en Tuxtla es muy sencilla, al menos para quien no viaja en coche, porque ni siquiera se preocupa por los sentidos de las calles: hay dos vialidades centrales que dividen a la ciudad, una que corre de norte a sur y otra de oriente a poniente, a partir de éstas se comienzan a numerar el resto de las calles, primera norte, primera oriente, primera poniente, primera sur y así… entonces sólo basta con que sepas contar y ya está, podrás recorrer toda la ciudad a pie, ya si mientras caminas el ocio te invade, puedes ir contando a los fulanitos que van vendiendo dulces y cigarros en sus repisas de madera transportables o a los taxis y combis que te pitan cuando te ven caminando, tendrás material de sobra para entretenerte. Y cuando el calor te invada puedes pararte a comprar un pozol bien frío, esta bebida en general es deliciosa, pero el que hacen en el mercado 5 de mayo no tiene ma…nera de compararse, sin embargo no lo consumas muy seguido, porque a pesar de que con la caminata quemarás calorías, el maíz (ingrediente base del pozol) y la panza se llevan tan bien que hasta forman felices lonjas.
¿Se acuerda? ¡¡antes sólo había quince taxis en todo la ciudad, ahora son miles!!, platicaba un don en el Parque Central… Seguramente esta urbe seguirá creciendo -tiene miras a eso- y seguramente también, entre otras cosas, la conciencia del peatón y del automovilista, así como la logística vial, irán evolucionando conforme al desarrollo de esta capital representante nada más y nada menos que de uno de los estados más hermosos de nuestro país. Caminemos.

Consuelo

He creído ver mi nombre como un error en los excrementos de Dios.
No se detendrá el columpio con mis manos desde aquí,
mis ojos triturados inservibles: luz que no vendrá.
Nadie me reconoce
el fin del anhelo para diseccionar al monstruo
amargo brillo neón de los cirios
el asesino me ofrece su misericordia
soy en la suma de momentos en que los objetos se amalgaman contra mí,
los gemidos en el vaho de la llama.
La corriente y los rincones que quise
mi mano izquierda contra la serradora.
El martillo moliendo mis dientes,
aguas negras contenidas en un gotero.
Las sonrisas de mi vida de la neblina cuelgan
lo recorrido con los pies gangrenados,
alergia a este que me mira de frente y obsceno
con los poros atascados de hollín…repugnante.

Mi cerebro flota dentro de mi estómago
sin LSD mueren las neuronas.
Ella vino y pasó arrastrando un susurro que aún me atormenta
una gota de tinta sobre el eclipse,
tu desesperación, la mía; inconciliables.

Mi cabeza resquebrajada resiste la implosión.
Estaba sentado ante el futuro y pesaban las suposiciones
¿Cómo podía creer en ellas?

Exhausto de es(X)piar el reflejo
vendrán tarde los sonidos aunque no lo sé
entretanto acelero hasta cruzar la recta
viajo, temporalmente, casi por el suelo
con lampreas pegadas a mis vértebras
algo de mis labios que me obsesiona (la blasfemia o el chapopote)
esta uña fastidiosa de 100 años.
Cada contracción en los semáforos de las urbes del mundo
esta en sincronía con el corazón.
Pum, sístole. Pum, diástole. Apocalipsis/Génesis.
Me hincho de vanidad con un pene minúsculo: diástole.
Todo mi ser es una creación mediocre: sístole.

Tedio y espera
PUM PUM
su cuerpo quedó recargado en la pared blanca
esa niña desconocida
la adornó con su sangre
-No eres consecuencia del amor-
-Caes para pudrirte-
-No fuimos engendrados por amor-
hijos miserables de la vulva y el glande
ansiosos por jadear.



Lograr meterme el pito en la boca
justo en el origen de mi voz
lamerlo como me gustaría que lo hicieras
Imagíname gemir, exquisita naturaleza
la saliva es lija y los animales hacen un alboroto
3 dedos en el ano escarbando la próstata
te muestro el cuello por que soy culpable
todos caen de sus ventanas
paredes que ella decoró
apestas pero sigue, tiemblas más
con los brazos extendidos que el viento no doblega
sigue la succión de mi vida, secar la prótesis
el napalm me purifica
todo es artificial en la muerte
transfusión de jugos gástricos en capas de capas esperando suplicio
calambres en los músculos
blanco espeso con pelos en la encías
muerdo rabioso y desesperado para arrancarme el pene.
Aún duro tiembla dentro del hocico como pescado.

Unas pocas partículas guardé
entre que imitaba al maniquí
y agónico Dios me veía con disimulo.

¿Qué mira el escalpelo?
Azotes que crujen en mis ideas
¿Porqué tardas tanto?
rotten esperanza.

De rodillas me fundé inmisericorde
tuvo que ser así
antes que ser dos veces
y causar tu tristeza.

Iba al límite
lejos en los sembradíos un cuerpo o sombra era desarraigado
los desahuciados resplandecían
quedaban ocultos al dolor.


-SPER-

Nueve estrellas


Caminaba frente al Templo de Santo Domingo en Comitán, Chiapas, deslumbrado por su zócalo y respondiendo los “buenas tardes” de las personas. Un olor a café salía del Restaurante Quiptic mientras pensaba que sólo hacía falta la marimba, pero pasaron dos segundos y comenzó a sonar. La música me llevó al Centro Cultural Rosario Castellanos donde el profesor Wilebaldo López da clases a pupilos de todas las edades y en especial a los niños, aunque reconoce que conforme crecen algunos desertan. El maestro Wilebaldo me explicó las características de la marimba y cuántas personas se necesitan para su ejecución, pero como la mera verdad quería verlos tocar accedió a interpretar con sus alumnos Valencia y Ferrocarril de los Altos.


Seguí recorriendo el inmueble que aloja al Centro Cultural Rosario Castellanos. Supe que antes fue convento dominico, cárcel, cuartel, oficinas de gobierno, secundaria, preparatoria y finalmente edificio abandonado. En 1975, el poeta Óscar Bonifaz pidió permiso a la presidencia municipal para transformarlo de nuevo, pero esta vez en una casa de la cultura, para lo cual puso dinero de su bolsa y hasta muebles de su casa. Un día se apareció por allí el entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Suárez. Se extrañó porque se suponía que el edificio estaba en abandono, pero luego se asombró gratamente al ver que se impartían clases de teatro, pintura y danza. Ordenó remodelar el recinto y pronto se vio a pintores de caballete mezclarse con los de brocha gorda, mientras albañiles y electricistas se entretenían mirando de reojo las clases de danza y las de actuación antes de seguir pegando tabiques o pelando cables.

El inmueble cambió de cara y (de cuerpo): pisos de loseta roja, baños nuevos, una biblioteca y salones recién pintados. Las columnas de madera labrada que soportan el techo de duela y teja se recubrieron de un color café brillante. Estos pilares circundan al patio central donde un busto de Rosario Castellanos da la bienvenida a los visitantes. También hay un mural que plasma la historia de Comitán y la vida de sus personajes. La biblioteca municipal se trasladó a la casa de la cultura. El acervo se enriqueció con mil ejemplares donados por el gobierno del estado y un año después la cifra se elevó a 6 mil gracias a otras donaciones. Se anunció en radio la apertura de la nueva casa de la cultura pero llegaron tantas personas que el poco personal no fue suficiente y los alumnos eran atendidos por quien se ofreciera a dar clases de lo que fuera: algún idioma, un instrumento, alguna manualidad. El chiste era difundir el conocimiento.


Óscar Bonifaz fue el primer director del centro cultural aunque ni a sueldo llegaba. Así me lo contó él mismo cuando fui a verlo al Teatro de la Ciudad de Comitán, donde ahora él es el director. Me dijo que no importaba mucho que no hubiera paga porque para él era una pasión ver caminar esa Casa de la Cultura, "su hija mayor". Durante los años en que administró este lugar, varios gobernadores del estado aportaron ayuda de diversa índole, pero durante la charla, el poeta recordó especialmente a Manuel Velasco Suárez quien después de impulsar la remodelación del inmueble siguió colaborando: “inclusive hay un piano ahí que él me lo dio porque yo lo pedí y fue motivo de un pleito con las hermanas de él porque fue a sacar el piano de casa de sus hermanas y me lo trajo a mí”.

Hoy, a 33 años, las clases de teatro, pintura y danza continúan y se sumaron los talleres de guitarra, piano, marimba, serigrafía y corte. Estos dos últimos han servido no sólo como medio de expresión, sino como medio de subsistencia, y de eso se eso se trata, dice Yvette Constantino, directora entrante del Centro Cultural de que sirvan de algo. Uno de sus proyectos es instaurar un taller en el que las personas discapacitadas puedan aprender algún oficio.



Cabe destacar que Rosario Castellanos nació en la Ciudad de México pero pasó toda su infancia y adolescencia en Comitán. Su primera novela se titula Balún Canán, como se llamaba antiguamente a Comitán: Balún Canán, que significa nueve estrellas o nueve luceros. Los aztecas le decían Comitlán, lugar de alfareros. Se le conoció también como Comitán de las Flores por la belleza de sus mujeres, y desde 1934 su nombre es Comitán de Domínguez en homenaje a Belisario Domínguez, aquel senador asesinado por órdenes de Victoriano Huerta y en cuya memoria cada año el Senado de la República entrega una medalla que lleva su nombre.

Existen varias razones para conocer Comitán, Chiapas: puede visitar sus museos e iglesias, recorrer sus calles, reposar en el zócalo o simplemente: hospedarse, dejar allí el equipaje, e ir ligero a visitar esas maravillas que son las lagunas de Montebello y la cascada El Chiflón. Aunque debo advertirle que cuando uno se va de Comitán se siente como que falta algo, y ya estando lejos, uno se da cuenta de que esa sensación de estar incompleto, se debe a que en Comitán uno siempre deja el corazón.



Angel Arellano Peralta

Feliz




Si cambiáramos 'la pintura' por 'la Tierra', entonces esta idea tocaría a cualquiera que sienta suyo el mundo. Se puede.

(La imagen muestra el muro de una primaria en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde -al parecer- la educación se sale del programa).

Otro destino

La fulgurante intimidad
de una mañana de otoño
y el alejamiento de
los sentidos me tenían
reservado otro destino,
algo que me producía
incertidumbre y extrañeza,
algo que no divisaba
en el horizonte, un
amor opaco, perdido,
cuya estima no sabía
a quién se dirigía
ni a dónde, en qué situación.

Adrián Schleske

Momentos congelados en papel

Por cuestiones económicas y, por qué no, un poco románticas, la mayoría de mis libros, incluso los que más quiero, fueron comprados en lo “usado”, esos puentecillos que puedes encontrar en cualquier calle, me gusta pensar que soy como una especie de heroína que los rescata del abandono. Los pobres, ahí tirados, yacen sobre un pedazo de tela, sucios, polvorientos y tristes, esperando que alguien los levante, les de una hojeada, que reviva esos años de gloria, donde alguna ves formaron parte de una biblioteca.

Yo pertenezco a la clase de personas que no juzgan un libro por la portada de éste (para quien lo dude, le puedo mostrar fotos de los hombres con los que salgo) los empastes de cuero, con letras doradas no significan nada para mí, a final de cuentas, lo que está dentro de esas tapas de cuero, es lo que importa. No quiero decir que no me gustan los libros nuevos, claro que me gustan, pero me agrada entrar, cuando me topo con ellas, a las librerías de viejo, me gusta el olor, me gusta ver pilas y pilas de libros o detenerme a inspeccionar lo que el ropavejero pesco en el día, me siento como niña en una dulcería.

Parte de la magia que estos libros encierran es que son la prueba irrefutable de la existencia de una persona, no sólo porque muestran parte de los sentimientos y formas de pensar del escritor, sino porque esos libros pertenecieron a alguien, formaron parte de su historia, marcaron su vida. Cuando abres estos trozos de doble historia, estos huérfanos, te escupen a la cara, desde la primera hoja, quiénes son y de dónde vienen.

En la primera hoja, generalmente te encuentras con la dedicatoria, es increíble cómo unas cuantas líneas pueden decirnos tanto. En el último libro que compré en la parada del camión que esta afuera del metro Balderas (muy baratos por cierto), al abrirlo me encontré, en la primera página la siguiente dedicatoria "A Michelle con todo mi afecto de José López Freeman, navidad de 1997". En otro de mis libros dice “Con todo mi amor para Laura de su mama". Algunos son más poéticos, escriben algún pensamiento o frase de alguien famoso, pero invariablemente, estas frases congelan un momento, una ocasión especial, eternizan para siempre un cumpleaños, un aniversario o un "feliz, feliz no cumpleaños”.

No dejo de imaginarme múltiples escenarios, una pareja en un café compartiendo besos y abrazos, él saca de su mochila un paquete envuelto con un moño, ella lo abre, es un libro. O una casa decorada con árbol de navidad y toda la cosa, la familia reunida, el tío José llega, dan las 12 campanadas, hora del intercambio, todos se abrazan, al tío le toca regalarle a su sobrina Michelle, los nervios, la desesperación, la duda ¿que será ese paquete que me extiende el tío José?... así me podría seguir una tarde entera conjeturando, dilucidando, ¿quién demonios era ese tal José López Freeman? ¿Quien era o es Michelle? ¿Que relación tenían? ¿Eran amantes? ¿Novios, familia? ¿Se amaban? Tal vez se odiaban y José decidió regalarle un libro mortalmente aburrido en venganza, podría ser, yo lo haría.

Me pregunto ¿cómo un objeto tan íntimo, tan personal, termina en un puesto de lo usado? un libro es un objeto con un significado propio, aun cuando todos leamos el mismo libro, nunca tendrá el mismo significado para mí que para el resto del mundo, si a esto le sumamos el hecho de que fue un obsequio de alguien que en ese momento nos quería, se convierte en algo invaluable.

Quien se atreve a regalarte un libro (claro, que no sea académico) debe conocerte muy bien. Tengo de conocer a mis tres mejores amigos 13, 7 y 6 años y no me atrevería a regalarles uno. Debes conocer a la persona, saber qué le gusta, qué lo mueve, qué lo haría vibrar de emoción, qué lo haría reflexionar, qué lo deja con la boca abierta… en fin, qué es lo que podría causarle una sensación grata.

Qué triste, pues, encontrarme con esos parias de libreros, desterrados de la biblioteca personal, deben extrañarlos o quizás ni siquiera piensen en ellos, quedaron relegados al olvido o puede ser que tanto los pensamientos del autor y los sentimientos del emisor sí hayan significado algo, pero la persona que le daba sentido al libro ya no está en este mundo, entonces a su familia, para quienes esos momentos congelados no tienen valor, les estorban, lo mejor es tirarlos o venderlos.

Así es como van a dar a esos lugares, en busca de una segunda oportunidad, de que alguien los vuelva a leer. Por eso me gustan los libros usados (aparte de que son baratos) por que son parte de mi historia, son parte de mi andar por esta vida, además soy dueña de momentos, de pedazos de vida de personas de otros tiempos, de otros lugares, incluso de otros idiomas.

Cuando envejezca y sienta que la muerte viene tras de mí, quemaré todos y cada uno de mis libros. No quiero morir y dejar huérfanos, contando mi historia, rodando por las calles de esta gran ciudad.
Fabiola Barajas

No disponible

Hoy no estoy disponible.
Para nadie, para nada…
Y no sé si para mí
O quizá un poco más para mí

Hoy no quiero fiesta
Se me paso el carnaval
E iniciaré la cuaresma
Sin antes perderme en la fiesta
Hoy no es un buen día
O tal vez es mejor

Para perderme en mis sueños
De planetas y galaxia
De mundos tal vez mejores.

Hoy quiero una pausa,
Para nada, para todo
Para no quitarme la pijama,
Para no peinarme
Para no pintar mis uñas de rojo carmín
Y convertirlas en lunetas.

Hoy no estoy triste, ni contenta
Sólo estoy.
Esperando que llegué un nuevo día.

Hoy se me fueron las palabras
Y presiento que si ando por las calles
Voy paseado y escabullendo mi soledad
Entre muchas otras

Hoy me quedo guardada
Hoy me ausento, como muchas otras veces
Y espero un nuevo día.

Me pongo a soñar con los ojos despiertos
Donde todos los mundos son posibles.
Para cambiar y convertir:
Guardada, ausente, no disponible.
Esperando que llegue un nuevo día.


Pilar Rincón

Cuando una vez pensé que era malo

¿Te ha pasado alguna vez? Esa sensación de hacer el mal conscientemente cuando ni siquiera posees alguna razón, sólo lo imaginas y ya…

Esa vez iba caminando por un anden de la estación Tacuba; no había mucha gente, era cerca de medio día. En la orilla estaba ella, una señora joven, de tez blanca y orejas pequeñas, con una falda y un suéter encima de varias capas de ropa, llevaba consigo dos grandes bolsas de las cuales ignoro hasta ahora el contenido. De repente pasó por mi mente: y si aventara a esa mujer, una total y perfecta desconocida para mí, hacia las vías, si esperara el momento justo en el que el tren se aproxima para darle impulso a esta persona hasta la muerte…
su semblante se veía cansado, harto, cotidiano.

¿Tendría hijos, un esposo, una madre? Qué es lo que pasaba justo en ese momento por su mente que se le salía por los ojos de tan perdidos. Tal vez moriría al instante con el impacto de la caja naranja, se robarían sus bolsas (probable sustento) y quien la esperara en casa pasaría una noche y quizá días de angustia hasta que se le hiciera saber la defunción.
de ojos café oscuro y con el cabello sujetado a su cabeza por varios pasadores.

Metro inhabilitado de Tacuba a Rosario, acumulación de personas por los pasillos, policías, paramédicos, ratas y cucarachas escondidas en lo profundo de aquel piso subterráneo por todo el movimiento. Imaginaba lo que sería la última expresión de la mujer mientras cae al vacío con una mano estirada hacia la vida.

Me daba miedo pensarlo, no comprendía cómo yo, un chico responsable dentro de los parámetros normales, podía ser capaz de recrearlo todo cínicamente… pero no paraba, no lo evitaba, no dejaba de pensarlo. Cuántos pasos daría para llegar a mi objetivo sin causa, cuánta fuerza tendría que aplicar y de qué forma, qué parte de su cuerpo recibiría mi potencia calculada.
sus uñas eran cortas, tenía una cicatriz en su brazo izquierdo.

Por qué viajaba sola, qué le hacía falta, cómo se vería feliz. Miles de preguntas bombardeaban mi cabeza, como si ya la hiciera parte de mi vida y como si esto y todo lo que implicaba que ella habitara este planeta justo en ese momento, no me importara un comino.

¿Te ha pasado?, ¿lo has sentido?, ¿has imaginado hacer el mal así nada más, porque sí?

Pero yo no soy así, sólo a veces pienso cosas, aunque puedo darme cuenta, desde esta celda húmeda y grisácea, que de vez en vez las suposiciones, la imaginación, deja de serlo.
era de cabello negro.

Porque nunca hablo de política

Es viernes 18 de enero de 2008 y son las 12:30 de la noche…en Informativo 40 comienza una nota: “…han pasado 10 años desde que inicio el escándalo de Clinton-Lewinsky…” ¿cómo olvidar ese desfile de medios? Todos observamos el momento en que la señorita becaria mostró al mundo aquel vestido con ‘los hijos potenciales’ de Hill, pero bueno, ya son 10 años, ya fue, ya llovió, se secó, erosionó y se lo comieron los gusanos. Lo interesante de este maravilloso asunto es el hecho de cómo ha sido manejada la nota; en realidad solo dio pie a un ‘interesantísimo’ (nótese el sarcasmo) dato sobre Playboy y una encuesta que la revista mencionada realizó para saber quiénes eran, a opinión de sus lectores (ATENCIÓN: Lo que sigue ya no tiene sentido, pero si, pasó, lo vi, y lo oí), las mujeres políticas más sexys. Lo de menos es el hecho de que se hiciera (finalmente vivimos en un país donde un diputado de ‘alto kilaje’ posó semidesnudo), lo sorprendente fueron los resultados: ¿Condolezza Rice? ¡Dios!, yo sé que no existen mujeres feas, pero…bueno, esto se vuelve tendencioso y no queremos hacer tendencia.

Finalmente, la situación que aquí me ha causado tanta ‘desagradancia’ al hablar sobre política es ‘¿cómo poder tener una plática seria sobre un tema, que los mismos involucrados se esfuerzan en no mantener, con un nivel de seriedad decente?’. O tal vez es mi error y la política es como los espectáculos: lo importante no es en qué trabaja, sino en qué anda metido… finalmente todos terminamos platicando sobre asuntos del gobierno, burocracia, etc., etc., etc. Lo que nunca podemos dejar de tener en mente es que si uno habla de política, puede estar seguro que el resultado no será agradable porque nunca nadie terminará a gusto, bueno, los políticos sí, ellos serán el centro de atención…Por eso nunca hablo de política.


Oscar Luján

La brisa de octubre

Un noviazgo más, afecto transitorio:
rompimiento. Nunca le diré «perdón»,
jamás lo haré. Tengo ganas de dejarlo
todo atrás; conmover por un instante mi
corazón; enmudecer mis frías notas
musicales; suspirar mientras el pálido
sol ingresa por mi ventana, mientras las
estúpidas emociones que ahora salen
de mi ser se disipan como la brisa
de octubre, siempre templada, indiferente,
nostálgica… Muy pronto será noviembre
y con él vendrán mis nuevas decepciones.


Adrián Schleske

Una noche jamaicana

Domingo, 5 de la tarde en el metro Cuauthémoc, a lo lejos veo a mis amigos y salimos de los andenes; al paso por la avenida Cuauthémoc vemos a unos skins que nos rebasan y sonríen ligeramente porque saben a dónde nos dirigimos; a lo lejos ya vemos la larga fila para entrar a aquel mítico lugar: el Multiforo Alicia.

Rudeboys de traje negro, lentes oscuros y sombrero que asemejan a gangsters de película, y Skinheads de botas obreras, camisas cuadriculadas, tirantes y cabeza rapada es el público que platica y se saluda entre sí mientras espera impacientemente que se abran las puertas del Alicia para poder bailar algo de la vieja música de Jamaica; personas comunes y corrientes pasan a través de nosotros y miran extrañadas aquellos looks tan extravagantes, algunos prefieren bajarse de la banqueta para evitar pasar entre la exótica multitud.

Después de casi una hora de espera, la fila comienza a avanzar. Subimos unas escaleras estrechas y observo por un instante los graffitis de la pared, al llegar a la parte superior se escuchan los acordes de una vieja canción; el Tritón Sound System mezcla algo de Reggae, Ska, Rocksteady, Skinhead Reggae, incluso algo de Soul y R&B que trae en esos añejos acetatos, mientras los Rudos bailan de manera tranquila y medio elegante y los Skins lo hacen de forma más dura, pero sin perder el buen gusto; no existe el slam en este lugar, todos bailan con su pareja sin tocarse, algunos hacen círculos para moverse tranquilamente, incluso unos bailan solos al ritmo de aquella música de los años 50 y 60.

Después de una hora de escuchar canciones clásicas de músicos legendarios como Laurel Aitken, Desmond Dekker, Prince Búster, Skatalites y Clarcy Eccles se suben los músicos de la primera banda: Los 4 Vientos; tras afinar sus instrumentos por unos 15 minutos comienzan a tocar algo que ellos denominan como Sentimental Rocksteady, todos los presentes siguen bailando mientras no dejan de cantar, en ese momento unas Skingirls se paran a un costado de nosotros y voltean a sonreírnos como pidiendo permiso para postrarse en aquel lugar, sin decir nada seguimos bailando.

Todo pasa tan rápido y terminan Los 4 Vientos, Tritón sigue con el Ska de Jamaica en las tornamesas, una de las Skingirls me dice que tocan muy chido Los 4 Vientos, simplemente sonrío y le digo que sí con la cabeza, comenzamos a bailar una canción llamada The Israelites, después de varias canciones le invito una cerveza, me apresuro a llegar a la barra para comprar un par de Victorias frías que tanta falta hacen, llego con ella y sigue bailando a ritmo del Skinhead Reggae, en ese momento la segunda banda comienza a subir al escenario: Brixton Sounds.

La Brixton empieza con una canción clásica con la que al primer acorde todos gritan: Quizás, Quizás, Quizás. Alrededor de una hora de fabulosas interpretaciones de la Brixton es suficiente para que el lugar se convierta en un sauna, algunos Rudeboys se quitan los Sacos y dejan ver su camisa blanca, su delgada corbata negra y los ya clásicos tirantes. Tras gritos y aplausos termina Brixton Sounds, el público sencillamente está extasiado por esas canciones de buen ska tradicional, le comento a la chica skin que nunca había visto a esta banda de Oaxaca y compartimos la experiencia, platicamos de las canciones que interpretaron, ya sin bailar. El cansancio y el calor provocan estragos.

Mis amigos y yo vamos por otras cervezas para apaciguar el calor y la sed, de nuevo le entrego una a ella y me sonríe, seguimos platicando por unos minutos más en lo que la banda que cierra el evento se prepara ya: Jamaica 69. Todos los presentes están atentos del inicio de esta banda de Matehuala que ya creíamos extinta. Por fin inicia y la euforia regresa, por un momento todos cantan sin bailar siquiera, pero poco a poco comienzan a moverse sin dejar de cantar un solo tema, pasan canciones como Rudegirl, Kingston Caribe, Sexy Reggae y Se Acabó el Amor; la emoción de todos se nota al verlos bailar sin importar la temperatura del Alicia. Finalmente se despide Jamaica 69 no sin antes prometer su regreso próximo, mis amigos, las skingirls y yo nos enfilamos para salir del lugar, todos totalmente felices y aún con la euforia de aquel concierto que pocas veces se repetirá.

Bajamos las escaleras y nos entregan unas propagandas de otros conciertos de ska y de otros géneros, algunos Skins y Rudies intercambian fanzines, otros ofrecen discos que venden o cambian, algunos CD’s originales y piratas e incluso algunos acetatos de colección; nosotros seguimos caminando por la fría calle y platicamos sobre las bandas, nos perdemos cada uno en la calle, en la urbe, la urbe que no sabe que existimos.

Oktavio Rudeboy

Cuando sobrevuelen los amores o los buitres, diles que no me maten


Basta morir como una lámpara desde la madrugada,
como el rescoldo de una brisa tersa;
para morir, para suministrarnos
la mano venidera del olvido;
basta decirle no al día de mañana,
basta ensayar los labios en un rumor de cera,
basta beber un vaso de agua
donde yazga el recuerdo de un ahogado
José Carlos Becerra


Le dije a Consuelo: si te digo que te amo, no miento; si te digo que amo a Mónica, tampoco. Amores en distinta frecuencia e identidad, en tiempo, de aprendizaje y búsqueda en ellas, de mí en ellas, de intensidades las de siempre, hasta el confín del rubicundo éxtasis. ¿Se puede amar de otra manera cuando Sabina nos alecciona con eso de que amores que matan nunca mueren? Abarco todo el dolor que puedo y me hundo por la pérdida de ambas, una, decidida por romper un matrimonio ejemplar, por mi ansiedad de salir a vivir y a experimentar, fascinado por el brillo insólito de una niñez postergada hasta los 28 años; la otra, por el cúmulo de emociones entretejidas que culminaron en un Frankenstein o en un Mister Hyde que devoraron al Doctor Virgilio que los creó. Me invadió el celo y las ansias de posesión ajenas a mi personalidad despreocupada, segura, de carcajada múltiple, con ruta en la escritura, en la simpatía incólume y en la fortaleza de mi arrogancia sin par que bien conocen mis amigos cercanos. Caída libre. Ni siquiera utilicé las escaleras o el elevador. Amanecí dos veces en Guadalajara, abrasado por la crisis más severa de alcoholismo, acompañado de temores y miedos, de vacío, de soledad absoluta, de prontuarios repletos de recuerdos, frases sueltas, olores incrustados en mi lujuria que no desaparece nunca, promesas, calles recorridas, viajes, fotografías, de manos en mi mano o en mi mejilla, de caricias evanescentes, sonrisas de mi hijo, gatos bebiendo leche, planes, expectativas, sueños guajiros de futuro emparentado con la certeza. El derrumbe. La factura con acumulación de ceros y yo sin trabajo sin dinero sin fortaleza para presentar currículums. Ambas con sonrisas tiernas y a veces lastimeras me tienden la mano, me llaman, se preocupan por mí, ¿cómo estás, cómo sigues? Se los agradezco. Admiro su potencial solidario a toda prueba mientras supongo que me suprimen de su vida, extirpan el virus de infierno cancerígeno y me archivan en algún cajón del clóset, ojala sea el de su ropa interior, al menos. A Consuelo se le aproximó un incipiente vuelo de dicha, una corriente tenue de libertad en las palabras de otro hombre, en las sonrisas que le provoca, en la compañía cotidiana que comenzó a mutar su desamparo en aliciente, en descubrimiento personal por sensaciones en extravío, ocultas o quizá nunca exploradas por mis inquietudes ambulantes y viajeras en trece años de complicidad con ella, le están tocando el corazón y no es mi mano la que lo atraviesa. Eso me hace feliz. Se ve radiante, hermosa. Quizá sólo me duele el ego, no estoy en la postura de hacer comparaciones ni ejercer dictámenes sobre lo que ella necesita. No soy yo, cierto, pero que no olvide que la lealtad está por encima de cualquier signatura amorosa, que el compañerismo debe ser la vertiente paradisíaca del encuentro con la vida del otro, en pocas palabras, que no me mate, pero que no me busque en los brazos que se abren para ella, que vaya sola, que se deje ir, fluir, que avise que para enamorarla no se necesitan abismos sino compañía, extensas charlas, música, noches de volcán que permanece contenido y por qué no, buena cocina. A Mónica le comenzarán a sobrevolar los buitres, los de siempre o nuevos, los incrédulos de mi proximidad con ella, los que se reían por considerar que una princesa no hace culto del dragón o de la bestia. A ellos, les aviso yo, por si les interesa, que para enamorarla se necesitan charlas vivas de transparencia sistémica, noches de barra en el bar con agua de por medio, que su intensidad no está en colmarla de cerveza o de Havana Club, sino en tomar su mano y asistirla con ternura, en musitarle certidumbres en el oído y bañarle el cuerpo con poesía delirante, cuidarla, caminar junto a ella sin invadir su fragmento de acera, besarla con mucha técnica y pasión, administrarle dosis de locura libidinosa de vez en cuando, demostrarle solidaridad antes que soltar un te quiero o un te amo, no se las cree a la primera, invadirle el corazón con cartas abismales donde se note que el escritor de verdad se puso la pistola en la cabeza, mirarla, contemplarla, perderse en sus ojos, enseñarla a bailar salsa o abrazarla simplemente mientras duerme, extasiada por la pulcritud de un bolero sustentado en el quizás, quizás, quizás… Se necesita ánimo y carcajadas henchidas, dejarla sola mientras piensa y con paciencia curarle las heridas, los ante vuelos, las desdichas. Justificar que frente a ella existe una pareja y no sólo un café de tres horas, una función de cine o una salida a la discoteca. Se necesita más que eso, más que unas flores en mitad de la calle o un disco de canciones que relatan sobre nuestros callos por las andanzas en la vida. Que se necesita valor para tomar ansiolíticos y pedir otra oportunidad. Ahora saben, ahora intenten. Cuando llegue el amor de veras para ti, Consuelo, cuando sobrevuelen los buitres sobre tu cabeza, Mónica, a ambas les pido que no me maten, si de por sí ya estoy hundido frente a este monitor de la computadora, su olvido sería el peor fracaso para las noches de soberano infierno, donde habito. Besos.

Antonio Monter Rodríguez

Tres a-eme

Por qué durante la noche todo sentimiento se intensifica
Por qué el dolor crece, por qué el deseo se hace grande
A estas horas de la madrugada, sólo a éstas, me atrevo a decir te amo, mi boca se abre para reclamar lo injusto, encuentro un verdadero refugio en Dios, la esperanza se hace tangible, las respuestas inmediatas y la pena, la pena también duele más.

La pregunta entonces se rehace: porqué sólo en la noche
Por qué cuando empieza el día y sigue transcurriendo
mi corazón y lo que en él habita disminuye.
Por qué el temor, la indiferencia lo sustituye todo
Por que se vuelve patrañas lo alcanzado
Por qué en el olvido, por qué en el vacío
Por qué sólo la sensación de que algo pasa y el dolor permanecen
Por qué mi cabeza se aferra a retener todo esto que ahora mismo gira en ella
Y el esfuerzo provoca fuertes e insoportables punzadas en mi sien izquierda…
Ya amaneció

No es olvido..

Si por momentos me río, es la memoria,
son los recuerdos,
a veces el hastío...

Si me alejo, cierro los ojos
para no verte, para no pensar,
entre otras cosas,
para caer en el olvido...

Cierro mi boca,
alejo el silencio...

Cuando en verdad me alejo,
recuerdo las cosas, las caras,
los gestos, los besos perdidos,
las manos, las voces, las risas...

Y vuelvo al rincón, herido y urgido de todo...


Kuauhkoatl

Piel morena

Regálame tu piel
para envolverme en las noches frías
y en las que no también.

Quiero ataviarme con ella
y llenarme de felicidad.

Si es de color cobre,
porque el sol te besó,
quiero yo besarte toda
para sentir su calor.

Quiero recorrerte
milímetro a milímetro,
convertirme en peregrino
y perderme en las dunas de piel.

Entonces quiero
perderme otra, y otra vez,
porque seguro estoy
que un oasis he de encontrar.

Quiero estar a tu lado
para sentir el calor
que de ella emana.
Y en son de arrullo
quedar dormido
como un niño.

Déjame hablarle más cerca.
Seguro estoy
que pronto me responderá
y una historia me contará
para llevarme a volar.


Pilar Rincón

Fragmentación dolorosa III

SOLEDAD
Me deslizo como una sombra entre formas humanas;
Hastiado del cielo y las estrellas,
De vivir indiferente; alejado del mundo,
Implorando un momento sin dolor;
Enjugando lágrimas de sangre
Que me hacen reconocer que estoy vivo.
A pesar de mi espanto, de mi ausencia,
Nada puede ser mejor que esto;
Tan patética existencia no tiene remedio,
Sólo un camino, un destino final... morir.

***

SOLEDAD 2
Mis ojos púrpuras quieren huir
Y no ver más este asqueroso mundo;
mis cansados brazos quieren caer
y no pelear más en este pedazo de locura.
¿Por qué esta vida duele y se desangra?
¿Por qué la melancolía me lleva hasta el delirio?
¿Por qué el tormento está en todas partes?
Sin embargo, no quiero sobrevivir a la tristeza
si es para ser como tú.

***

MISÁNTROPO
De nuevo me envuelve una cápsula invisible;
Hay mucha gente pero nadie a mi alrededor,
Todos se amontonan lo más lejos posible...
¡Gracias! Han comprendido mi aversión.
Desde donde me encuentro los observo,
Todos son palurdos que juegan a aprender,
son patéticos por sí mismos
en su degradada condición de perdedores.
Este sistema los plasta sin piedad;
Ellos inclinan la cabeza y se postran,
Con llanto lavan los pies de sus verdugos
Y con los labios besan la tierra que pisan.
Son como animales rastreros,
El miasma excrementicio que dejan a su paso
Es su trascendente obra;
Infinidad de pequeños seres estupidizados
Sin mente y sin idioma, serviles;
Dispuestos a humillarse más y así obtener la lástima
Que por sí solos no son capaces de merecer.

Morgoth



Yo la quiero más que tú

Yo la quiero más que tú,
La he soñado enamorada
Escucho a diario su piel que pide más,
Sus ojos algo me dicen,
Quizá que están muy solos,
O tal vez me anuncian el retiro de tus besos a su piel.

Pero ¿qué puedo hacer?,
Ella está contigo,
Aún sigue ahí; aguardando,
Y recuerda las primicias conjugadas entre dos,
La fórmula que ya no ha de volver.

Ustedes encontraron una noche la respuesta,
Y la escribieron,
Sobre sonrisas dibujadas,
Sobre piel sudada,
Sobre espacios inventados, llenos, colmados.
¿Recuerdas?

Labios + (una palabra),
Multiplicada por tres dividida entre la piel = ¿Qué nos daba?

No,
No recuerdan la respuesta,
No pueden encontrarla,
Está perdida, y la buscan
En sus labios ansiosos,
En sus manos gastadas,
En los sexos fatigados,
En los ojos que no dialogan más.

Un día fueron todo,
Y ahora todo lo han perdido
Se quedan solos
Añorándose, recordándose,
Alejando el recuerdo con la cercanía
La costumbre te ha tocado
Y no lo soportas, te vas desesperando,
Crees que la has perdido,
Pero tú no sabes.

Yo la observo caminando
Tan desesperada
Tan desolada.
No la quiero ver así, me duele.

Ella sabe que no volverás,
En ese momento quisiera tomarla
Entre mis brazos y decirle:
Ya no más, no trates de buscar.

Ella parece no entenderme,
Lleva la vida junto a mí,
Y sólo me mira con nostalgia,
No sabe quién soy, me ha guardado.

Soy sus pasos ahora desorientados,
Sus pensamientos que espero reacomodar,
Sus silencios dolorosos,
Su eterna trascendencia.

Yo la Quero más que tú,
Por eso te pido: déjame con ella,
No te la lleves,
No te lleves la música de sus ojos,
Déjame con ella,
Porque un día,
Al abrir su armario,
Se mirará al espejo
Y me reconocerá.


Gabriela Magallanes

Un par de cuentos

El asalto (1999).

Miré por el retrovisor. Ninguna patrulla me seguía ya. Todo fue muy fácil, una pistola, un policía gordo y el Marquís negro. Aceleré hasta ciento sesenta por hora. ¡Qué vida de ahora en adelante!: viajes, autos, mujeres. ¡Maldita vaca!, se me tenía que atrave... ¡ay, duele doctor!


La gallina (1999).

—Roberto me dijo que no me atrevería a cortarle el pescuezo a la gallina consentida de la abuela, que era puro cuento que me la iba a comer en caldo y que, de hacerlo, ella moriría de la tristeza.
—¿Y tú que le respondiste?
—Pásame un limón y orita en el velorio te sigo contando.



Juan Carlos Zamora

En el país de las luciérnagas


Un desierto inmenso. El viento que sopla tranquilo. Un niño que juega a esconderse en arenas interminables cuando de pronto comienza a correr porque alcanza a distinguir un zumbido que llega multiplicado por el silencio de ese paraje desolado.

Corre y sus pasos pequeños parecen traicionarlo. Una vez se tropieza, dos, tres veces, pero se levanta de nuevo y continúa corre que corre aterrorizado, porque sabe del terror que lo acecha, lo sabe bien porque desde pequeño ha vivido sumido en el terror.

Tropieza de nuevo y esta vez un erizo seco, prueba de que alguna vez existiera un mar en ese desierto inmenso, un erizo filoso y lleno de veneno que le punza se le clava en la rodilla. Pero el niño del desierto no es un niño débil como lo fueron sus ancestros.

Está acostumbrado a pasar días enteros sin nada que comer más que un pescado seco o una lagartija que encuentra debajo de las piedras o en algún pozo escondido que el sol implacable aún no ha evaporado.

Así que, sin pensarlo dos veces, arranca el intruso de su piel curtida y corre con más fuerza que nunca porque sabe que el refugio más próximo está debajo de la piedra en forma de estrella y no la ve, debe estar lejos todavía y el zumbido aumenta.

Seguro vienen por él, a su reina le gustan los niños, su carne es más suave y dulce, como las avellanas tostadas cubiertas de miel, ¡qué asco!, un escalofrío, un sentimiento de repulsión lo inunda al imaginarse siendo alimento para esas sabandijas asquerosas, antes preferiría morir, pero sabe que si lo atrapan su destino será un camino inexorable hasta el estómago hambriento de la bestia alada.

Ahora el desierto es un torbellino de colores, tiene sed, hambre, sueño. Quisiera dejarse caer, pero sabe que debe correr con más fuerza que nunca pues ya sólo faltan unos pasos para llegar a su salvación. Sin embargo, el zumbido es ya demasiado próximo, un aleteo de alas descomunales, un zumbido penetrante de bocas sedientas de un trozo de carne para llenar sus estómagos vacíos.

Siente terror a morir y se vuelve un niño indefenso. Atrás quedan las horas de cacería en las que siempre se destacara por ser el más valiente; cuando uno es la presa la perspectiva cambia sensiblemente, él sabe que ya vienen y, sin embargo, corre pues lo empuja un impulso más fuerte que él.

A lo lejos distingue la piedra en forma de estrella, pero se queda helado como una estatua porque ellos ya vienen, incluso puede sentir sus respiraciones de aire frío y maloliente, como si no pertenecieran a este mundo.

Decide arriesgarse pues de todas maneras no tiene nada que perder, y por obra de un milagro desconocido llega hasta la piedra y logra removerla lanzándose al vacío con una mezcla de inquietud y alegría.

Pero entonces comienza la verdadera pesadilla, porque ellos lo han visto todo. Saben dónde está escondido y aunque no pueden caminar como él sobre la tierra tienen muchas manos para escarbar y hurgar lentamente, como si buscaran un pequeño gusano con sus ojos de faroles encendidos que todo lo ven en la oscuridad.

En el fondo de ese pozo oscuro y tétrico otros como él aguardan inmóviles la desgracia inminente. Ya no hay a dónde escapar. Ya no hay a dónde ir. Entonces, oh entonces es cuando se pacta el sacrificio. Acuerdan el trueque macabro, la vida de aquel niño a cambio de conservar las suyas.

Ya no llores, niño de nadie. Tú no tienes papá y tampoco mamá, ¿para qué quieres seguir viviendo si la vida es sólo desgracias? Morirás por todos nosotros -le dicen- y todos detienen al pequeño que se agita con desesperación porque comprende la traición de los suyos.

Llora y grita, llora lágrimas gruesas de espanto y terror incomprensible, pero ellos son cazadores del desierto y sus manos son implacables y hábiles. No lo matan porque saben que a ella le gusta comerlos vivos mientras se retuercen de dolor.

Luego, cuando comprende que su destino es morir se abandona a un sueño incómodo. Una luciérnaga gigante que lo devora.

imv

Accionismo vienés y el arte de Dix





Luego de involucrarse directamente en la Primera Guerra Mundial, el pintor alemán Otto Dix (1891-1969) convirtió tal experiencia en uno de los temas fundamentales de su obra que abarca más de 6 mil dibujos y bocetos, diversos retratos, además de lienzos y acuarelas.

El horror de la guerra como móvil de su arte...


La imagen anterior -de Günter Brus- es una muestra del movimiento artístico denominado Accionismo Vienés (Wiener Aktionismus) surgido en los 60 del siglo XX como resultado del esfuerzo por llevar el arte al terreno de la acción. Entre sus principales representantes se encuentran Günter Brus, Otto Mühl, Hermann Nitsch y Rudolf Schwarzkogler, sin embargo, nunca establecieron dicho grupo conscientemente.

"Un buen número de artistas reaccionaron contra la situación en la que el arte y ellos mismos se encontraban, con la casualidad de que todo ello sucedió en la misma época y tuvo similares significados y resultados".

Hermann Nitsch


*Esta expresión llegó a Lontananza gracias a Morgoth

Sueños inanimados

Somos una generación de muñecos rotos.
Rotos en los sueños, en la mente.
Vamos por el camino recogiendo
los pedazos inservibles de nuestra alma.
Damos tumbos
recorriendo un camino que no vemos.
La oscuridad se nos metió en la cabeza.
Incapaces de ver, pensar o expresar,
somos autómatas
adorando a falsos dioses,
inventando nuevas religiones,
construyéndonos alas de papel y de cera,
corriendo como locos,
creyendo que somos libres.
Pobre generación marchita:
dormida en el dulce sueño de la ignorancia.
Amamos con los ojos cerrados,
pensando con la mente infecta,
caminando siempre hacia atrás,
cayendo pero nunca levantándonos.
Perdidos en la soledad de nuestros cuerpos,
perdidos en la inmensidad de un pequeño dedal.
Pobre generación muerta
llorando la pérdida de lo que jamás será.
Muerta antes de nacer, muerta antes de tan siquiera ser imaginada
por unos dioses crueles y perversos
que se divierten, viendo como caen y no se levantan…
los pobres muñecos rotos.

Bietka

Razones de la marioneta sin hilos


a punto de que la princesa dormida abriera los ojos,
a punto de que el joven viajero encontrara la entrada al castillo
encantado
a punto de que hubiera una posibilidad de existencia para ese castillo
a punto de darle vida al maleficio, y por esta medida conjurarlo,
a punto de que hubiera una capa, una espada y una posibilidad de principado…
a punto solamente,
a punto de algo

José Carlos Becerra



Habito en este nido invisible bajo la nube, desde aquí miro la ciudad, desde aquí contemplo los propósitos de año nuevo que la gente no cumplirá ni tres días, los abrazos, los festejos, las caras felices, los adornos, las envolturas de regalo en los camiones de basura, el dinero derrochado en ánimos de fe fraternal. La ciudad huele a pinos con esferas y a cartas a los reyes magos, los niños cuentan los días para despertar entre juguetes no pedidos o con el asombro y la tristeza por el vacío de aquellos jefes que no tuvieron lana para comprar una bicicleta. No soy dios, no estoy bajo la nube como ente superior o alter ego de un análisis antropológico de la navidad y el año nuevo. No. Me dejaron ahí, esperando una ruta que se calibró en tres meses de sueños, de un delirio fascinante por un beso y un olvido, por una entrepierna rubia y una promesa de 85 años, por un pacto con el abismo sin paracaídas, por una frase acuñada en un árbol cibernético: la mirada verde no es sin ti… Estoy en pausa. Congelado. Detenido. Una marioneta sin hilos, sin esperanza de una mano que levante los maderos en cruz para volver a mover los brazos y las piernas, de menos el chasis de mi cabeza, porque en el interior, en mi cerebro, en ambos hemisferios sólo habita una mujer, mis ojos son la extensión de su mar, de su sonrisa más franca, mi nariz es un tinaco con agua de colonia Mónica número 5 ó 6 ó 7 u 8 o tantos aromas exquisitos que besé en intensas noches de automóvil varado en cualquier banqueta, al menor pretexto, al instante del deseo o de la codicia por su cuello o por besar sus manos. Esa mano árbitro, nos gritaron una vez desde la ventana de una casa de estudiantes, no nos importaba, el frenesí de sorber el tiempo en el cuerpo del otro podía más que las miradas ajenas y no tanto. Estoy piedra o madera, da igual, soy un Pinocho sin el Ada de los cuentos, sin Gepeto, sin Pepe Grillo que se fue a la cantina para derrochar los pocos arrebatos de sobriedad que le quedan, se enamoró junto conmigo, fue inevitable que mi conciencia quedara al margen de la vivencia sísmica de esa mujer que era, es, muchas mujeres como dice el poema de Gelman. Contemplo el vacío con ojos gachos, a veces su rostro se multiplica como calidoscopio. Brilla. Su rostro brilla. No ha perdido el fulgor. Rubia, pelirroja, lacia, ensortijada, de trenza, de coleta, con el cabello suelto da igual, es la multiplicación del caos que me revienta en las entrañas por su desaparición digna de un mago extraordinario, sin humo, sin fuegos artificiales desapareció, se dio a la fuga. No dejó cartas explicatorias ni mapas para buscarla ni rastro de su paso por mi vida. Se llevó el viento y el agua, se llevó la vaca y el gato, enderezó mis lentes chuecos para que yo mirara bien y partió. No se lo dijo a nadie, no se lo confesó a ninguno, ahora se transfiguró en silencio. Estoy tiritando, no hace frío y estoy tiritando, tengo miedo, me da horror el otro paso: el olvido. Quiero resistir. Bañarme mientras regresa, cepillarme los dientes, cortarme las uñas de los pies, rasurarme la barba y el bigote, hacer ejercicio, comerme un elefante, leer completa La comedia humana de Balzac, escribir una novela de quinientas páginas, construir una cajita musical, mezclar cemento, remojar adobes, fumar marihuana, cazar mariposas, pescar ilusiones, beber leche con donas, hojear el periódico, componer canciones, contar hormigas, escupirle desde arriba a los coches, bailar un danzón, olisquear calzones de mujeres ajenas, doblar muñequitos de origami, escuchar a Brahms, cargarle las bolsas a las señoras en el mercado, correr hasta quedar exhausto, llorar toda una noche, fundir focos subiendo y bajando el interruptor, mezclar agua y aceite, mediar la paz en medio oriente, cruzar el umbral del tedio, del fastidio y de la profunda tristeza, tender la cama y cultivar flores en un jardín. No puedo. No soy fuerte. Soy un cobarde que deglute ansiolíticos de a dos por día, que se quedó pasmado por su decisión confusa de buscarme y no, de quererme y no, de amarme y no, de también llorarme y no, de también sufrirme y no, de extrañarme y no, de querer llamarme por teléfono y no, de buscarme y no, de besarme y no, de querer mi mano y no, de querer explicarme y no. Ni ella lo sabe, ni ella misma está segura. Ni ella ni yo ni nadie. Estoy bajo la nube. Miro la ciudad y se apagan las luces, miro el celular y no hay llamadas ni mensajes, miro ese bar donde comenzó el idilio y ya está a punto de cerrar sus puertas definitivamente, miro mi casa y a mi exmujer y a mi hijo que se ponen la pijama para dormir, miro a mis amigos en su cotidianidad amorosa de pareja, miro un departamento azul vacío con una cama abandonada, miro a la terapeuta y al psiquiatra que me esperan con la nueva receta y la nueva moraleja, miro el encendedor rojo que me regaló la última vez que salimos, enciendo la cuarta cajetilla del día, miro un auto negro que se aleja, miro a Mónica que va conduciendo en dirección contraria a la nube, lleva en el asiento trasero una marioneta que sí tiene hilos y que yo le regalé para que la cuidara. Ella acelera, la luz roja de los faros traseros se pierde en la lejanía… Aún así, tengo razones para esperarla, aunque su regreso sea como una sombra.


Antonio Monter Rodríguez

Hoy, un día violentado

Es curiosa la manera en la que todos o, por lo menos, todos los medios han felicitado a las mujeres que YA no se dejan violentar. Claro que no es casualidad que precisamente hoy recuerden que existe sufrimiento en este género (sin subestimar el sufrimiento masculino); para ello se tomaron la molestia de asignar un día del año: 25 de noviembre, al que decidieron otorgar el “orgullosisímo” título de día internacional de la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Con algo estoy completamente de acuerdo: la violencia entre géneros sólo se eliminará cuando en nuestra formación y condición humana exista el valor del amor propio; no se confunda con el ego o la soberbia, sino con los límites de cada mujer para defender racionalmente esa postura que juega ante el mundo, pero no ante un mundo hostil y agresivo que se manifiesta en las más sorprendentes formas.

No se pretende elevar un género por encima de otro ni ubicarlos en el mismo sitio, eso no es posible por el simple hecho de que la naturaleza pensó hasta en esas diferencias que serían fundamentales para lograr lo que no se ha logrado: la complementación.

Sin embargo, no se pueden cerrar lo ojos ante los cambios positivos que ha tenido la sociedad mexicana. A diferencia de hace no muchos años, ahora son más los jóvenes que apoyan la igualdad respetando siempre las diferencias, también son más las mujeres que han decidido responsabilizarse de su propio cuerpo, no sólo aplicándose anticonceptivos sino cuidando su ser como tal, borrando poco a poco la idea de que sólo son una fabrica de nuevas vidas que en otro tiempo, quizá, educarían de la misma ignorante forma en la que las educaron a ellas.

Estas acciones son las que tienen real importancia y trascendencia y que superan a la formación de organizaciones que utilizan términos igualmente lamentables como grupos vulnerables o sexo débil. Sólo la institución que ofrezca apoyo en el más amplio sentido de la palabra se puede considerar benéfica socialmente.

Pero, precisamente hoy, es importante mencionar que la violencia en el mundo es impresionante y, en nuestro país, Ciudad Juárez no tiene la exclusiva en este ámbito que más que crisis social parece representar lucha de poderes y ausencia de valores fundamentales, no religiosos sino simplemente humanos.

Sólo por si alguien se atreviera a dudar que este texto tiene fundamentos más que tangibles, recordemos que a nivel nacional 36.7 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, 20 de cada cien asesinatos ocurren dentro del ámbito familiar, 10 de ellos son de maridos que han asesinado a sus esposas y el 84 por ciento de las victimas considera que la violencia es algo natural y un asunto privado que sólo compete a la pareja.

Infinitos cifras que, quizá, se traduzcan sólo en caras de sorpresa o en el peor de los casos, de indiferencia nos colocan vagamente en contexto para decidir si hoy es un día digno de festejo o deberemos esperar a que no disminuyan las muertes, sino que un país sin violencia en amplio sentido no sea sólo una idea utópica.

Fuente: CIMAC —Comunicación e Información de la Mujer, A.C.—

Fragmentación dolorosa II


ARIDEZ

El hueco que tengo en el estómago me duele
y las lágrimas se atropellan en mis ojos para salir;
resulta imposible controlar las manifestaciones
propias de un dolor que dejé de sentir hace tiempo.
La soledad y el abandono ya no lastiman,
se han vuelto tan comunes que son imprescindibles.
Ya no me queda ni siquiera el gusto de la destrucción
pues me resulta patético envolverme en el cliché
del vampiro, misántropo, decadente y filosófico.
Las alucinaciones etílicas nunca fueron cura suficiente
y ahora ni siquiera son un paliativo necesario,
cuando sólo soy un paraje desértico,
una hoja en blanco.
No busco, no intento;
estoy repleto de algo contrario al deseo,
el tiempo se me escurre,
la vida se me escapa,
el mundo se me esconde,
y nada me deja huella visible.
Soy aparentemente normal: inofensivo y enajenado.


***

ASCETA

Sigo aquí, esperando un poco de inspiración
mientras el sufrimiento se apodera de mí;
ese dolor del cual eras la cura
y del que hoy formas parte,
se ha agrandado de manera insoportable.
Antes eras medicina que sanaba mis psicosis,
ahora me mantienes rispo;
estás en la catástasis de mi dolor,
sólo resta esperar la distensión del sufrimiento
en una caída grotesca y definitiva.
No sé por qué vivo obnubilado,
inconstante siempre que intento sentir;
dando tumbos en los caminos seguros y
alejándome a toda costa de lo entrañable.
Me arrojo siempre al abandono,
al encierro lacerante de mi mente,
donde la desesperación se apodera de mí
y me hace extrañar lo que acabo de dejar.
Vivo con la expectación de lo que vendrá
después de que he soltado lo que asía,
mas sé que cuando tenga algo nuevo en mi vida
otra vez lo dejaré ir generando mi sufrir.
Nada de lo que me pasa es ajeno,
esto ya lo he vivido varias veces;
la diferencia estriba en que cada vez parece la última,
y al no serlo duele siempre un poco más. Ya pasará.


Morgoth

VNV Nation


VNV Nation, una de las mejores bandas en Europa dentro de la escena electrónica, consolida su permanencia y refresca los escenarios del género con su más reciente album Judgement.

El dueto inglés, integrado por Ronan Harris (voz y composición) y Mark Jackson (teclados y batería), ha logrado explotar la tecnología para convinar música bailable y sensibilidad en sus letras.

VNV Nation es un grupo que llena el escenario de energía, lo que garantiza su espectáculo e invita a integralos a tu colección.

Escucha un poco de ellos pulsando aquí:
Caín

Dieciséis años sin la reina

Él podía andar como un alumno más del Earling Collage of Art y sin un centavo en la bolsa, pero desde entonces resaltaba su forma llamativa y extravagante de vestir que, unos años más adelante, le daría una presencia singularísima en el escenario. Como simple admirador del grupo Smile, conformado por May Brian y Roger Taylor (guitarrista y baterista de Queen, respectivamente), fue quien reanimó a estos muchachos para no claudicar con el proyecto de su banda. Unos le llamamos Dios, otros destino, pero, como le quieran decir o a quien le quieran echar la culpa, hubo algo que puso a Mercury en ese lugar, en ese espacio, con esos personajes y en el tiempo donde roqueros como Jimi Hendrix podían influenciarlo muy de cerca.

Son muchas las aportaciones que Mercury hizo a la agrupación a la que perteneció y en la cual logró desarrollarse como un verdadero artista y “show man”, no por nada su declaración, que, aunque petulante, todos sabían, era cierta: “Nunca me he considerado el líder de Queen, la persona más importante, quizá”. Podemos empezar por adjudicarle el nombre de su banda; él sabía que el grupo necesitaba un nombre elegante y universal, simple pero con presencia, y claro, bajita la mano, también llevaba implícita una connotación gay, pero esa era sólo una de las miles de interpretaciones que se le podía dar a la palabra “Queen”. Dicho nombre, después de causar risas y desconcierto entre los demás integrantes, al final fue elegido de común acuerdo y utilizado por primera vez el 27 de junio de 1970 para un concierto de beneficencia en el Imperial Collage.

Frederick o Faroukh Bulsara, nacido el 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar, fue sin dudarlo, un genio musical; era totalmente propositvo y jamás le dio miedo experimentar; cuando entraba a un estudio, se adueñaba de él y explotaba sus recursos hasta el límite. Hay muchos ejemplos para demostrar las virtudes de Mercury como músico; Liar, Killer Queen, Bicycle Race, Don’t stop me now y la última rola que escribió, These are the days for our lives, son sólo una probadilla de su extenso trabajo como autor e intérprete.

Su obra maestra fue la incluida en el disco A night at the Opera, “Bohemian Rhapsody”, este sencillo, trabajado sólo con los cuatro integrantes del grupo y el productr Roy Thomas Baker, tiene 182 voces superpuestas y, entre la sección operística, la de rock, las mezclas de los instrumentos y los fragmentos vocales que de un momento a otro se le ocurrían a Freddie, la rola de seis minutos fue terminada en un lapso de tres semanas. Además, no sólo es el virtuosismo en la música, sino que, por toda la imaginería que tiene en su contenido, se puede pensar que es la confesión de un asesinato, la declaración de arrepentimiento que Mercury le hace a su madre o simplemente la rudeza de las relaciones humanas; al final, el autor de esta obra, lanzada el 31 de octubre de 1975, decìa al respecto: “creo que la gente debería limitarse a escucharla, a pensar en ella y a sacar sus propias conclusiones sobre lo que el tema dice a cada quien”.

Lo que Freddie hizo, todo lo que construyó, cada una de sus creaciones, eso, todo eso, puede quedar guardado para siempre en la historia de la música y ser admirado por cada uno de los que hemos tenido la oportunidad de conocer su trabajo. Sin embargo, él no fue inmortal, el 24 de noviembre de 1991 falleció a causa de una bronconeumonía desarrollada por el SIDA, justo un día después de que hizo pública su situación de salud, sosteniendo ante los espectadores de una cadena televisiva que era portador de VIH. El mundo se estremeció, fue difícil afrontar la pérdida del líder de una banda tan importante, los mismos integrantes sabían que en ese momento, sin Freddie, Queen también dejaría de existir. Unos meses después, en abril de 1992, se celebró un concierto en su memoria y en beneficencia para el combate contra el SIDA, en el estadio de Wembley de Londres.

¿Hay que justificar este texto sobre La reina? Tal vez no hace falta; la grandeza, el virtuosismo, su arte, su vida, su canto… todo lo que implica nombrar a Faroukh Bulsara, siempre y en cualquier circunstancia será bien recibido. Pero qué bien hacerle una remembranza en este mes que cumple 16 años de estar lejos, 16 años de que el mundo ruede sin su presencia, más de una década y media de recordar a Freddie Mercury… Dios salve a la Reina.


“Siempre me he considerado una estrella y ahora parece que el resto del mundo está de acuerdo conmigo.”

Fragmentación dolorosa...Morgoth

ESQUIZOIDE


Si sigo aquí acabaré volviéndome loco;
Cada rincón, cada fragmento de esto
Se halla plagado de inquietante muerte.
Tal vez sean las hormigas
Que cubren mi cama y mi cuerpo,
Las arañas del techo
Que caen a mis brazos mientras estoy dormido;
Probablemente sean los moscos invisibles
Que vienen a beberse mi vida noche a noche,
O las lagartijas que se pasean por mis pies
Y suben por las paredes manchadas de sangre.
Todo consume mi existencia
En este encierro ruidoso y sofocante;
Y el recuerdo de lo que fui alguna vez ya no ayuda,
Daña más, parece tan lejano que prefiero olvidar.
Me abandono a esta realidad que me anula,
Empiezo a formar parte de ella;
El sufrimiento se torna constante
Y me acostumbro a sentirlo, juego con él,
Lo manipuló, lo transformo,
Unas veces en un zumbido constante
Que me revienta los tímpanos;
Otras, en sensaciones punzantes
Que atraviesan mi cuerpo y pican,
Tanto que me arranco la piel con mis larga uñas.
La masa sanguinolenta en que me he convertido
Me alimenta y mantiene vivo...
¿Por cuánto tiempo más?


***


SEXO

Las palabras se escapan, se funden con la firme intención de estructurar frases que palien el dolor causado por la cercanía de los cuerpos.
El mundo que ambos crean aparece como un intento de extracción absoluta del cosmos.
Las mentiras se confunden una y otra vez con el movimiento de las olas que se elevan hasta el infinito; como lenguas monstruosas que los envuelven y exprimen hasta que llega la calma del éxtasis.
El “fin” es el único objetivo que acaba con la falacia del acto mismo.
La exsuda, la exhala, la exhuma; la convierte en humo de tabaco que llega hasta el techo en segundos para expandirse, desaparecer y volver a comenzar.



Morgoth

Playa...paraíso

Este lente viajero no requirió de arena ni mar para traer a lontananza el paraíso de la playa...







Playa Paraíso, Guerrero.
Pilar Rincón

Acabo de descubrirlo

Creo que muchos pasamos nuestra vida pensando… diciendo… esperando… pero si hay algo que hacemos prácticamente en todo momento, es oír.
Sonidos provenientes de todos lados llegan a nuestros oídos, algunos los procesamos, otros no. Quizá el sonido que más impacto causa es el de las palabras.

Sí señor: las palabras… ¿Qué por qué? Escuche/leí en algún lado que las palabras son lo más fuerte que existe en este universo, pues una vez dichas no hay poder que logre eliminarlas. Así que, cuando las palabras salen, es imposible no poder ver/sentir/presenciar… sufrir… el impacto que causa su pronunciación.

Y ahora, la tecnología le permite a las palabras manifestarse en textos enviados por ondas magnéticas: Un nuevo poder.

En su venir y devenir he visto miles de palabras, miles de frases; todas con un poder diferente, pero incorruptible. Y después de tanto tiempo, puedo decir que acabo de descubrir cuál es la frase más mortal de todas: aquella que podría destruir la psique de un hombre.

¿Y cuál es esta frase? Estimado lector, si su intención es utilizarla como arma para derrotar a sus enemigos, no siga leyendo: el mundo ya está lleno de seres despreciables y no necesitamos uno más. Si quiere leerla para protegerse de ella, olvídelo: nunca estará preparado para ella, y cuando le llegue, sólo le deseo que tenga la fuerza para aguantar. ¿Listos? Bueno, esa frase es……………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………‘NO QUIERO ENTENDER’.

Adelante, prepárense, créanse listos para lidiar lo que su cabeza y su corazón sentirán al escucharla. Porque, les aseguro, lo que sentirán es algo mucho peor que morir.

Y después de esta advertencia, damas y caballeros, procedo a retirarme… Mientras veo cómo la oscuridad se apodera de la poca felicidad que aún había en este cuerpo vivo… ¿o muerto? Ya ven que dicen que uno está tan vivo como quiere estar…



Oscar Luján

Mi frente fría

El zarape que me cubre todos los inviernos, este año lo tuve que sacar antes. La luna, hermosa luna de otoño, esta vez se inhibió ante las nubes que durante todo este tiempo han cubierto el cielo; de repente se asoma acompañada de otros astros y yo la miro fijamente, como si fuese la última vez que sucederá, tal vez.

Dos fracciones de mi país, divididas políticamente, ya no sólo tienen un gran río, ahora también tienen un lago ¿sobre?, ¿entre?, ¿dentro?, ¿en? (¿qué preposición queda?) sus casas y lugares de labor, tierras de cultivo. Mi zarape, entonces, queda en segundo plano cuando alguien tuvo que sacar su lanchita sin ser temporada de pesca: no fue a coger peces, fue a salvar humanos.

La ONU dice que se pudo evitar, ¿y qué con eso?, ¿cómo debemos tomar esa conclusión?, ¿como una burla?, ¿un regaño?, ¿una llamada de atención? O como envidia de parte de algunos por la gran diversidad natural que México posee, y que pretenden que aunque sea por desastres como estos nos sintamos mal por haber nacido aquí, por ser tabasqueños o chiapanecos.

Esta noche en el noticiario, alguien pidió oración, alguien pidió comida para sus hijos, alguien pedía una dirección, una orientación para saber a dónde dirigirse después de haber perdido todo, el presidente pidió calma y apoyo… este año el Teleton deberá esperar.

Tú muerto

Se forzó la rapidez del sonido y el tiempo mientras, sentada, esperaba tocarte consciente de mi condición inútil ante el más grande dolor de nuestra vida, de tu muerte.

Se trabaron las palabras: las tuyas, paralizadas con tu ser, frustraron las mías y me ahogaron y hasta ahora se permiten yacer aquí para exponer sólo un poco del infinito sentimiento que heredaste a mi esencia ya triste.


Reprochaste tus minutos regalados a la serenidad terrenal y a la labor médica; después, triunfante expandiste la Tierra, mutaste maravillosamente.

Y mi tiempo quedó hecho dos y decidí no mirarte sino vivirte, caminarte, reconstruirte muy a pesar de lo ambiguo de mis actos y de la base destruida sobre la que caminé cuando no hubo más razón para permanecer en, ese, tu último sitio.

Así, me fui sola para estar contigo y justo ahí te convertiste en poesía; ahora, estoy lista.


¿Qué es la poesía?

Es un instante de tu vida que compartes
con el mío y ambos coincidimos

Es un cuadro dibujado con palabras,
pintado con sentimientos:
emoción, tristeza, nostalgia, amor, cariño,
recuerdos, pasión, impotencia, odio, coraje
cariño, ternura, dolor....

Instante capturado con letras
que arrancan una lágrima o una sonrisa
y transporta al lugar de tus ojos.

Es un aroma que describe, narra y canta...
Es cuando el alma se escurre por la tinta.
Y me quedo sin palabras...

La poesía está llena de “metáforas” y es de quien la vive.... “metáforas”.

La poesía te arranca un suspiro del alma
y te lleva lejos…
Traspasa las barreras del
tiempo y la distancia

La poesía es un acuerdo
del corazón con el lápiz.
Es la comunión que
puede salvar al mundo…

La busco a diario,
por todas partes, en todas partes.
En cualquier rincón...
en la calle, en el metro, en la ventana,
en tus pasos, en tus pechos,
en tu sonrisa, en tu melena y ojos medio bizcos...

Es juguetona, inquieta,
burlona, loca... irresistiblemente bella
Juega, brinca y se esconde...
Sigo sus pasos sigilosamente
y me doy cuenta que se encuentra
por todas partes, en todas partes
En cualquier rincón...



(Pilar Rincón)

Hoy me levanté...

Hoy me levanté… y me dije a mí mismo ‘quiero dejar de ser yo’… ¿qué por qué? ni idea, sólo me nació… así que decidido a encontrar quién sería a partir de ahora comencé a leer libros sobre cambio de apariencia, y cambio de personalidad… y descubrí que quería obtener muchas cualidades:

- La inteligencia de Albert Einstein y Charles Darwin: Con el poder de revolucionar el conocimiento del tiempo y el espacio como estos dos grandes de la ciencia(sea cual fuere la que practicaban cada uno... je)


- El talento musical de Beethoven y John Lennon: Creadores de dos de las melodías más hermosas que se han hecho: La Novena Sinfonía e Imagine, entre otras grandes obras maestras y clásicos.


- La capacidad de razonamiento de Maquiavelo y Marx: Estos dos hombres pudieron cambiar el pensamiento sobre el poder y la estrategia, y aún siguen haciendo ecos sobre los jóvenes que buscan algo en qué creer y sobre lo cual actuar.


- La valentía de Joan D’Arc y William Wallace: Que lucharon y murieron por un ideal de libertad de vida y pensamiento, y nos recuerdan que hay que darlo todo por lo que queremos.


- La seguridad de Cleopatra y Atenea: Que se volvieron símbolos de los países sobre los cuales reinaban (una en el mundo físico y la otra en el espiritual), por haber tenido dos dedos de frente para actuar.

- La galanura de Brad Pitt y George Clooney: …(¿Qué? Yo también tengo mi lado vanidoso)

Y así, después de que anocheció y revisé tantas historias de vida, me di cuenta que no valía la pena hacer el cambio… ¿por qué? pues por una sencilla razón: ELLOS YA SON HISTORIA, Y SER COMO ELLOS NO ME AYUDARÁ A SER HISTORIA. A mí me toca ser YO mismo, y que algún día alguien quiera ser como yo, no por vanidad, sino porque en algo hice cambiar la historia de este planeta.

Así que me iré a dormir porque mañana me toca a mí hacer historia…



Oscar Luján

Haikús de un momento

En el momento (afortunado y repetible) en que la vida nos agarra solos, nos enfrenta con nosotros mismos y provoca que nuestra alma se desborde, se flagele y cambie, llevándonos a una catarsis… no tenemos más que hacer, sólo afrontarlo y superarlo. Cuando pasa, se diluye; ya no es necesario decir bastante:

Mil cosas hay en su cabeza
Entre ellas
Yo no estoy

Que este dolor
Nunca se olvide
Pa’ que no vuelva más

Una gran puerta cerrada
En la necesidad
Se abrió

Fragor subterráneo


Descender no fue peligroso esta vez, ni el trayecto tan largo como para correr hacia la tenue luz de los autos que sobre nosotros pasaban.

No importó que el incienso se apagara derrotado ante el olor humano impregnado en el asfalto.



El recibimiento -a cargo de velas colocadas a falta de otra luz- fue natural, un poco disperso, pegándole a lo indiferente.

La razón: ultimar detalles para que la imagen se prendiera de la estructura desgastada de aquel desnivel peatonal.
Crear, por fin, un lugar para el Fragor subterráneo.



Y se impuso el estruendo. El arte continuó escapando de las válvulas de algún spray y formando letras, personajes, frases, graffiti.



La fotografía continuaba mostrando ideas alternas, noches de tomas, sombras atendidas por un lente.

Y las brochas en óleo también se colaron en este espacio literalmente underground; en este punto de fuga para los creadores que refugiaron sus trazos y su música en una fracción de noche, invitándonos así:



“Permitámonos bajar, ir al fondo, hasta donde la imaginación y los sueños dan origen al soplo que da esperanza”.


(Fragor subterráneo, Calz. de Tlalpan, Octubre 2007)